Cristiano Ronaldo, querido y odiado casi a partes iguales, llega en plena dualidad a La Rosaleda. El astro portugués aterriza hoy en Málaga crecido tras su magnífica puesta en escena del pasado miércoles en el Olímpico de Roma y con el galardón de mejor jugador de la pasada jornada de la Liga de Campeones, pero también con una pequeña espina goleadora de no ver puerta fuera de casa en Liga desde noviembre. Dos rachas opuestas mañana se abrazan ante el conjunto blanquiazul.

El debate está en los mentideros madridistas ya que las prestaciones del portugués parecen haber mermado esta temporada. Ese hecho fue trasladado al propio Cristiano el pasado martes, en la previa del Real Madrid contra el Roma. Al luso no le hizo demasiada gracia dicha pregunta y se defendió con un contraataque. «Desde que he llegado a España, dime (le espetó al periodista) un jugador que haya marcado más que yo fuera de casa. No hay ni uno», dijo a la vez que abandonaba la sala de prensa. La realidad es que Cristiano marcó su último gol fuera de casa en Liga el pasado 29 de noviembre, en la jornada 13 ante el Eibar en Ipurúa. Después no ha dejado de ver puerta, pero siempre en el Bernabéu.

Este hecho contrasta con el tanto que marcó en Roma, que le ha valido para ser el jugador más votado en la web de la UEFA-41 por ciento de los votos- para ser nominado como jugador de la semana en la Champions. Es el yin y el yang que asalta al portugués en su llegada a Málaga.