Es una ley no escrita la de otorgar cien días de rigor a todo el que toma posesión de un cargo. Un plazo prudencial para cogerle el pulso al nuevo asiento, para comenzar a rodar y para que se hagan notar los cambios. Ayer se cumplió dicho plazo desde la llegada de los nuevos asesores del jeque Al-Thani, desde la revolución en los despachos que se ha llevado con sigilo y sin una aparente catarsis, tal y como se vaticinaba al principio.

La salida de Vicente Casado, exdirector general del Málaga CF, y la llegada del abogado Pedro González Segura encabezando la nueva gestión ha sido el golpe más relevante, además de la ya conocida marcha de Mario Husillos y el desembarco de Francesc Arnau en su puesto. Sin embargo, no han sido las únicas.

Una de las figuras que ha tomado peso en el club en las últimas fechas es la de la periodista gallega Belén Álvarez, que ha pasado de ser una persona activa en las redes sociales a convertirse en asesora y persona de confianza del jeque Al-Thani. Su labor aún está llena de interrogantes, pero en principio será la cara visible del club en temas institucionales y mantendrá hilo directo con el presidente del club. Belén aterrizó ayer en Málaga desde su Vigo natal y tiene previsto ponerse al día con los detalles del club hasta mañana viernes.

Mientras, la entidad ha seguido su día a día con sigilo, sin hacer ruido y solapada por el buen rendimiento deportivo sobre el césped. La reacción de los hombres de Gracia ha apartado el foco de la nueva gestión del club, que pese a no tener una cabeza visible como la de un director general, ha seguido funcionando sin pausa.

Todo ello pese a que Al-Thani sigue ausente, aunque previsiblemente más implicado en el trabajo ordinario del club. Además, González Segura y su grupo de trabajo tampoco se han dejado ver, lo que también ha invitado a pensar en un vacío de poder importante.

Pero el tiempo ha ido rellenado por el momento esos vacíos. El oscurantismo del día a día dentro del club no está reñido con su buen funcionamiento y el reconocimiento ha llegado desde varios frentes. Si entre bambalinas se apunta a la eficacia en los despachos de Martiricos, el pasado lunes en la Gala Nacional de la Prensa Deportiva celebrada en Málaga el presidente de la LFP, Javier Tebas, y el malagueño y exdirector general del club, Fernando Hierro, alabaron el caminar de la entidad. «El Málaga sufrió un momento de convulsión importante con los cambios que ha habido pero se ha reconducido bastante bien», apuntó el presidente de la Liga, que se ha mostrado crítico en ocasiones con la gestión del club. «El Málaga es un club solvente a día de hoy, se ha estabilizado muchísimo, no es el club de hace tres o cuatro años. Es un club viable y saneado hoy», apuntó Fernando Hierro.

Pese a todo, en estos cien días el club ha vivido también algunos momentos tensos. El mercado invernal -un periodo relativamente ajetreado en los despachos del club- se superó con cierta solvencia, sin problemas de gestión ni tampoco económicos, pero con la salida de Amrabat. No gestionó bien el club la junta general de accionistas, donde no dejaron entrar a los accionistas minoritarios, lo que generó muchas críticas. O el «caso BlueBay», aparcado por el momento a la espera de acontecimientos pero con visos de convertirse en un problema institucional. Todo ello sin la esperada rueda de prensa de los nuevos gestores, en la que estaba prevista una explicación más clara de su nueva gestión.