Pocos malaguistas conocían sus pensamientos, sensaciones e incluso mucho menos su tono de voz tras vivir tanto tiempo en la sombra. Guillermo «Memo» Ochoa rompió ayer su silencio. Tras 19 meses en Málaga, el portero blanquiazul, eterno suplente de Carlos Kameni, habló por primera vez en sala de prensa. No quiso pronunciarse en Málaga durante toda esta época porque su suplencia le ha dejado en un segundo plano y no ha querido tampoco romper la estabilidad del vestuario, según explicó el mexicano con pausa y tranquilidad. Una voz que ha estado apagada demasiado tiempo y que ahora comienza a hablar con firmeza en clave blanquiazul.

«Yo estoy en lo personal tranquilo, he puesto todo desde que llegué a Europa, a Francia, desde que salí de México, no había precedentes de un portero mexicano en Europa. Es complicado ocupar una plaza de extranjero en la portería. Como experiencia y vivencia está ahí, prefiero enfocar el futuro en lo grupal. Estamos cerca de conseguir el objetivo principal, falta la recta final, donde todo se aprieta», señaló el guardameta, que habló sin tapujos y sin eludir ninguna pregunta durante más de 15 minutos.

Explicó «Memo» que no esperaba vivir esta situación cuando firmó hace dos años con el Málaga CF. «Lo he vivido con paciencia, esto por supuesto. Como lo mencioné no era lo esperado al llegar acá, en todo momento me he comportado a la altura de mis compañeros, dentro y fuera del campo, estoy contento de que se pueda abrir una posibilidad, no es la ideal, no le deseo a nadie una lesión. Pero me toca así, me siento listo, como todos mis compañeros, trabajamos día a día. Ahora estoy muy bien, contento porque voy a tener la oportunidad de ayudar al equipo directamente. Si antes lo hacía indirectamente en el día a día, en entrenamientos y viajes, ahora voy tratar de disputar y conseguir los objetivos grupales», explicó el cancerbero.

Ochoa ha guardado demasiado tiempo silencio. Ni en sala de prensa ni en entrevistas personalizadas. El portero explicó el porqué de su silencio que es, según dice, tratar «de beneficiar al equipo». «Yo creo que durante este tiempo busqué ser lo más prudente posible para el equipo. Cuando uno no juega, las declaraciones no pueden beneficiar al equipo. No le deseo mal al equipo ni quiero que nos vaya mal. El técnico toma una decisión para que el otro pueda jugar, y para jugar deben pasar cosas malas para el equipo: expulsión, lesión, baja forma... Uno quiere que le vaya bien al equipo. Decidí no dar declaraciones porque al equipo a veces lo veía bien, en otras no pasaba por buena situación. Pero hablando no iba a ayudar nada», aseguró.

Ochoa también fue cuestionado sobre qué pensaba cuando desde México se ponía en tela de juicio el valor de Javi Gracia y de Carlos Kameni, fuertemente criticados en su país al no tener él la titularidad. «Esas cosas están fuera de mi alcance, no salían de mi boca. Uno como jugador no puede controlar estas situaciones, la prensa, a veces para bien o para mal, no lo controla ningún jugador», sentenció.

También explicó que tuvo opciones de salir del Málaga. «Si estoy acá, a final de cuentas, es por decisión mía. He tenido opciones. Viendo lo personal, lo futbolístico, en lo familiar... Había que valorar todas las situaciones. Y no por encontrar obstáculos en tu carrera iba a renunciar a mi sueño, sólo me quedaba trabajar y partirme el pecho», apuntó.

«Podría hablar de muchas situaciones pero no quiero hablar realmente, quiero dejar el pasado, estoy aquí, sigo aquí en Málaga y ahora en fin de semana viene un partido importante para las aspiraciones del equipo. Prefiero enfocarme en el presente mío y del equipo, en esta recta final. Lo demás no me gustaría hablarlo ya», prosiguió el mexicano, que quiso explicar que tiene una relación «profesional» con Carlos Kameni, y que le ha ayudado en todo lo que ha podido.

Su relación con Kameni. «Es una relación profesional, seria, de trabajar, se han hablado muchas cosas que no son. Dentro de un grupo, tienes más amistad con uno que con otro, es lo normal. Siempre he sido profesional. En los entrenamientos ha sido de respeto. He ayudado en los partidos en cada calentamiento, no creo que haya tenido ninguna queja. Luego te pueden gustar o no las decisiones del entrenador, pero trato de aceptarlas».

«La Liga española tiene un nivel de intensidad muy alto, tanto técnico como táctico, son partidos muy cerrados. Es difícil ver a algún equipo ganando con mucha diferencia. Se gana por detalles técnicos, de balón parado. El partido del viernes será muy difícil, el Sporting está en una situación delicada, para ellos cada partido es una final y lo sabemos. Vamos a ser un equipo sólido y trataremos de ser fuertes en casa», deseó el portero.