Ignacio Camacho volvió a hacerlo el sábado noche en el Benito Villamarín ante el Betis. El centrocampista malaguista, autor del gol de la salvación, es un jugador capital para el Málaga, un hombre con liderazgo dentro y fuera del campo, pero un activo que se deja la piel sobre el césped y que de vez en cuanto también recoge las recompensas. El maño es principalmente un jugador de corte defensivo, pero cuando aporta en ataque también es decisivo. Y es que Camacho marcó el sábado su decimoquinto gol como malaguista, lo que es sinónimo de no derrota para el conjunto blanquiazul.

Sus números demuestran la importancia del malaguista en el equipo de Javi Gracia, ya que sin Camacho el conjunto blanquiazul sólo ha sido capaz de ganar cuatro partidos esta Liga, y eso que sólo ha disputado la mitad de los encuentros (15). Pero Camacho es mucho más. Suma intangibles y sobre el verde defiende y ataca. Se suma al ataque en cada balón parado y se parapeta junto a los centrales cuando vienen mal dadas.

Ante el Betis demostró algunas de sus cualidades, las que le han metido en las quinielas como futurible de la selección. Recuperó seis balones, interceptó 3 pases, ganó el 57% de sus duelos y el 80% de ellos eran aéreos, despejó 15 balones y marcó el gol decisivo de la temporada. Camacho fue un titán una vez más.

El mediocentro espera tener un final de temporada sin más contratiempos. Con las lesiones ya olvidadas, su intención es la de tener continuidad en el eje del equipo, disputar los ocho partidos que restan e intentar convencer a Del Bosque en la última oportunidad para ir a la Eurocopa.