Europa es el sueño, pero la realidad dice que será sumamente complicado conseguirlo. Los números, caprichosos como ellos solos, apuntan a que este año acabar séptimo está caro. Y más para el Málaga. Aunque desde luego no está imposible. Y a eso se agarra ahora mismo el malaguismo para seguir creyendo en alcanzar ese anhelo una vez que la salvación virtual ya está atada.

Las cuentas a día de hoy están claras y pasan por darle caza al séptimo clasificado, que previsiblemente dará derecho a disputar Liga Europa el próximo curso si se suceden una serie de condicionantes nada complejos de rubricar. En estos momentos el Málaga es octavo con 39 puntos, mientras que el Athletic se encuentra con 47 puntos, a ocho de distancia. Los rojiblancos son la meta, la liebre a la que perseguir en estos momentos. Y aunque la distancia puede parecer un mundo cuando sólo restan 24 puntos por jugarse, la batalla psicológica en un corto periodo de tiempo también puede salpicar a Sevilla y Celta (ambos con 48 puntos).

La cuestión es que los números empiezan a tomar forma y no auguran un plácido final de temporada para los hombres de Javi Gracia en estas últimas ocho jornadas si Europa es la cima. Aunque en los últimos diez años el séptimo no haya acudido siempre a competición europea por diferentes motivos, sí es un buen baremo en el que medirse dada la tesitura de este curso. La puntuación del Athletic esta temporada y sus 47 puntos invita a pensar que será una clasificación cara, ya que es la tercera más alta del séptimo clasificado a estas alturas en la última década. A tenor de esos registros, para acceder a competición europea habrá que conseguir 56 puntos o más.

Este último punto es difícil de estimar y siempre está supeditado al tramo final de la temporada que puedan tener unos y otros equipos. Sí es cierto que nunca el séptimo ha estado por debajo de los 54 puntos, lo que señala un escenario difícil para los malaguistas. Es decir, que si el Málaga quiere entrar en Europa deberá fijarse una cifra que ronda los 56 puntos, a 17 de los que actualmente tiene (39). Por lo tanto, el conjunto blanquiazul tendrá un ojo en el séptimo clasificado y otro en esa cima virtual, en la que tendrá que hacer un final de curso casi impecable para alcanzarla.

Es decir, completar 17 puntos de los 24 que hay en juego sólo permite dejarse por el camino siete puntos: una derrota y dos empates. Y queda esperar que no sea contra rivales directos por Europa, lo que complicaría el escenario.

O lo que es lo mismo, el Málaga deberá casi calcar el curso que acabó sexto, donde hizo 57 puntos en la temporada de Champions durante el último año de Pellegrini, aunque la sanción de la UEFA no le permitió jugar al año siguiente en Europa.

El Málaga, que en los últimos años ha peleado en varias ocasiones por intentar colarse en Europa, se agarra a su fe, a la buena dinámica que lleva el equipo y al magnífico ambiente que rodea al vestuario y a la plantilla. Además, cinco de sus ocho compromisos los disputará en La Rosaleda, donde se ha mostrado fuerte y fiable. Y deberá enfrentarse contra equipos de la zona baja, pero también contra dos rivales directos por la lucha europea. Desde luego, el primer asalto es mañana domingo contra el Espanyol.