El Málaga CF tiene por delante siete jornadas ligueras antes de finalizar la temporada en las que puede encontrarse en una tesitura en la que puede, desde el próximo duelo, no jugarse nada más que la honrilla en cada partido, una vez que tiene sellada la permanencia de manera virtual. Con 40 puntos en el zurrón, sólo una catástrofe mayúscula llevaría al Málaga a Segunda, algo más que improbable ya que la permanencia esta temporada estará más «barata».

En cambio, la lucha por Europa -si es que en algún momento el Málaga se planteó pelear por ello- está más difícil que nunca después del empate del domingo ante el Espanyol, donde además tuvo la posibilidad de recortar puntos con sus más inmediatos predecesores.

El Celta empató en casa contra el Dépor, el Athletic hizo lo propio frente al Granada en San Mamés y el Sevilla sucumbió en el Pizjuán frente a la Real Sociedad. Así, de haber ganado el Málaga hubiera recortado unos puntos más que interesantes para meterse, cuando menos, en la pelea.

Pero lo cierto es que no fue así y con una jornada menos y casi la misma diferencia -recortó un punto con el Sevilla- Europa es más que nunca una quimera. Porque además, el calendario que tiene el Málaga por delante no es nada sencillo. A primera vista, si se atiende al nombre de los rivales, se podría decir que el conjunto de Gracia tiene una posibilidad más que factible de sumar una buena cantidad de puntos, pero si se profundiza más en el análisis, la cosa se complica.

Y es que el Málaga, salvo el partido contra Las Palmas con el que cerrará la temporada y en que el conjunto insular llegará a la Rosaleda con la permanencia en el bolsillo, tiene por delante seis duelos en los que sus oponentes aún tienen cuentas pendientes en la competición.

Sin ir más lejos, el primero de la lista es el Granada, al que el Málaga rendirá visita el viernes en Los Cármenes. El equipo nazarí afrontará el duelo regional como una finalísima y quiere una victoria para hacer bueno el punto conseguido en San Mamés. Además, el Granada jugará con la historia a favor, ya que siempre ha doblegado al Málaga en su feudo desde que regresó a Primera hace cuatro temporadas.

Tras viajar a Granada, el Málaga recibirá la visita del Rayo, otro equipo inmerso en la gresca por evitar el descenso y que necesita un empujón para salir de ahí abajo. En teoría, el equipo de Paco Jémez podría ser asequible, pero ante la necesidad que tiene de puntuar llegará a Martiricos con el cuchillo entre los dientes.

Después, el Málaga irá al Calderón, uno de los campos más difíciles de Primera, donde se enfrentará a un Atlético que aún podría estar inmerso en la lucha por el título; o en su defecto, tratando de defender la segunda plaza.

El Levante será el siguiente en visitar Martiricos, un equipo más necesitado que ninguno y que llegará aquí sin margen de error, lo que le convierte en muy peligroso. Tras el Levante, el Málaga viajará a Vigo en la penúltima jornada liguera, donde le espera otro rival directo por los puestos europeos, aunque por esas fechas, la lucha por jugar competición europea puede estar más que resuelta, al menos para el Málaga. Así, este es el calendario que le queda al conjunto blanquiazul, donde puede encontrar la ilusión de superar, al menos, los 50 puntos conseguidos la temporada pasada, o estos siete partidos pueden convertirse en un deambular por el desierto.