Dos trenes pasan por la Avenida de Martiricos. Uno que se puede teñir de blanquiazul con destino a Europa, si el Málaga amarra los tres puntos ante el Athletic; y otro de rojiblanco, que puede certificar su pasaporte continental a los vascos. A partir de las 12 horas de la matinal de domingo -un horario que gusta mucho al personal-, el equipo malaguista disputa un encuentro cargado de ilusión ante un rival herido en lo físico y en lo mental tras su eliminación de la Europa League a manos del Sevilla, en una cruel tanda de penalti el pasado jueves.

Diez puntos separan a ambos equipos, una distancia amplia con 18 puntos aún en juego, que se pueden convertir en siete si el Málaga se impone al equipo vasco. En el bando blanquiazul saben que pese a la dificultad de conseguir el reto, la ilusión permanece intacta.

El discurso durante toda la semana en el Málaga ha sido claro. El equipo promete lucha, entrega y sacrificio para aspirar a lo máximo. El objetivo inicial del Málaga ya está logrado y ahora toca apurar las opciones de entrar en Europa.

Para el duelo, Gracia recupera a Charles, su ariete titular con la misión de perforar la portería de Iraizoz y apretar la lucha por los puestos altos. Además, Gracia finalmente no podrá contar con Kameni, por lo que Ochoa seguirá siendo el portero titular del Málaga al menos una jornada más. Por otro lado, el navarro deberá recomponer la defensa ante la ausencia de Rosales, que se perderá sus primeros minutos del curso. Miguel Torres o Cifu, que se estrena en una convocatoria, se disputarán su sitio en el carril diestro.

Quiere el Málaga, además de ganar, cambiar la dinámica como local en los últimos partidos, donde no ha brillado y se siente en deuda con su afición, incansable durante toda la temporada.

Los bilbaínos llegan a Málaga desolados tras caer eliminados en la Europa League y plagados de bajas. Valverde no podrá contar con sus atacantes más en forma, Aduriz y Williams, ambos lesionados, además de Laporte, baja hasta final de temporada.

Pese a todo, el Málaga haría muy mal en confiarse y deberá dar el todo por el todo ante un rival que tiene tatuado a fuego el no rendirse jamás.