Se apagan los focos que apuntaban a Javi Gracia. Se difumina su nombre en la actualidad blanquiazul para entrar a formar parte de los libros de historia del Málaga CF. Efectivamente, el entrenador navarro ya es pasado de la entidad de Martiricos tras despedirse ayer del malaguismo con un breve comunicado en la sala de prensa de La Rosaleda. Un adiós de poco más de cinco minutos en el que no admitió preguntas y en el que dio por cerrados sus dos años en Málaga.

El navarro se despidió solo, pese a que la sala de prensa estaba repleta de periodistas, trabajadores del club, jugadores y compañeros de su cuerpo técnico. El técnico había calado en las entrañas de la entidad, siempre fue cercano y afable, y recibió el reconocimiento a su adiós minutos después de salir de la sala de prensa.

No estuvo el jeque Al-Thani ni sus hijos, que no son muy dados a las despedidas. Pero sí representaron al club en primera fila Martín Aguilar, Antonio Benítez y Ben Barek. También se dejó ver a Weligton, capitán blanquiazul, o Kameni, como representantes de la plantilla. Francesc Arnau, en un segundo plano, también estuvo presente con algunos de los componentes de su cuerpo técnico que le acompañarán en su aventura en Rusia. También trabajadores de la entidad, con los que ha entablado amistad en estos dos años de convivencia en Málaga.

«La oferta del Rubin Kazan era irrechazable», comenzó diciendo Javi Gracia, que dijo que se marcha dejando un Málaga «mejor» del que él se encontró cuando aterrizó hace dos veranos, tanto en lo deportivo como en lo institucional.

«Le doy las gracias al Málaga CF y también a mi nuevo club, el Rubin Kazan, que ha mostrado un gran interés, con una oferta irrechazable», continuó diciendo el técnico, que no quiso entrar ni profundizar en ningún tema, señalando que el motivo de su comparecencia era «dar las gracias». «Para mí lo más importante es dar las gracias. Toda palabra que diga va a ser poco», expresó.

«Quiero dar las gracias al jeque y a su familia, gracias por estar siempre cerca a pesar de que la distancia nos separara», dijo. «Gracias a todos los directivos del club, personas como Paco, Ben Barek, por su bondad y su amor a este gran club. Son, sin duda, su mejor representación y patrimonio», continuó.

También citó a los que le «trajeron», Mario Husillos y Vicente Casado, y se paró al hablar del nuevo director deportivo, Francesc Arnau. «Gracias a Arnau, por su confianza. El futuro del club está en las mejores manos», dijo.

«Gracias a todos los trabajadores que en la sombra o en las oficinas de La Rosaleda o en el estadio trabajan día a día. También a mi segunda familia, al Gato, Juan, Luis, Torron, Hugo», citando a todos los miembros del cuerpo técnico y médico, así como «al delegado Carlos y a los Pichitas». «Y a toda la plantilla. A todos los jugadores que han sido capaces de dar lo máximo. Grandes, como profesionales y como personas».

Luego, Gracia interiorizó y habló sobre su labor en Málaga. «Me he vaciado para dar lo mejor de mí y dar los mejores resultados. He intentado cuidar la gran cantera malaguista. Me marcho dejando un club mejor mejor que el que me encontré. Creo que hemos revalorizado la plantilla».

Quiso dejar en un último lugar a la hinchada blanquiazul y dio las gracias a la afición. «Gracias afición por valorar mi trabajo, por su apoyo, me siento orgulloso de sentirme parte de esta gran afición. De parte de mi familia, al Málaga CF, a Málaga y a la provincia, gracias. Seguro que mi camino personal volverá aquí», dijo el técnico, que se despidió entre aplausos y abrazos con la gente del club.

Una época estable. Javi Gracia ha cumplido dos temporadas en el Málaga CF donde la estabilidad ha sido posiblemente la tónica predominante. El navarro ha dirigido al equipo en 84 encuentros -8 de ellos de Copa del Rey-, con un balance de 28 victorias, 22 empates y 34 derrotas.

El navarro aterrizó en Málaga el pasado 9 de junio de 2014 de la mano de Mario Husillos, que apostó por él pese a haber descendido semanas atrás con el Osasuna. Las críticas por su llegada no impidieron que la apuesta fuera fuerte, ya que venía avalado por el trabajo del navarro en sus anteriores.

En su primera temporada, Javi Gracia cautivó, pese a que durante el verano ya contó con la salida de hombres importantes como Willy Caballero o Jesús Gámez. Apostó fuerte por la cantera dándole galones a jugadores como Samu García -que ya había debutado con Schuster-, Juanmi -contó con más importancia-, Darder o Samu Castillejo -que se estrenó con él bajo su mandato-.

El Málaga cerró una primera vuelta de ensueño y certificó su permanencia en Primera -el objetivo principal-, mucho antes de lo esperado. Recordada fue la victoria en el Camp Nou, que lo encumbró como un técnico capaz de frenar al todopoderoso Barcelona, ya que en la ida acabó en un empate sin goles. Sin embargo, acabó escapándose entre las manos la clasificación europea con un mal final de curso. La novena posición dejó cierto sabor amargo, aunque a posteriori fuera un gran puesto.

Pese a todo, en verano se renovaron las ilusiones pero el periodo estival volvió a ser hastío para él y el malaguismo, ya que el club vendió a los «Samus», Juanmi y Darder, que fue la venta que le hizo saltar en la sala de prensa del Camp Nou.

Al contrario que el primer año, un calendario complicado y ciertas bajas condenaron al equipo a un mal arranque. Tanto que llegó a ser colista en el primer tercio de la Liga. Su cabeza corrió peligro, pero el jeque Al-Thani decidió apostar por él y prescindir de Casado, Novo y Husillos. Le dio fuerza y poder, lo que sirvió para ganar confianza y sacar el equipo del descenso.

Deportivamente, el Málaga salió a flote y consiguió acabar octavo. Europa siempre estuvo muy lejos, pero aguantó con un final digno. Gracia, además, renovó su contrato por tres temporadas a mediados de marzo, pero también se rebajó la cláusula de salida a 1,2 millones de euros.

El Rubin Kazan ruso es finalmente su destino. El navarro hará carrera lejos de Málaga y de España tras firmar un contrato de cuatro temporadas.