El Málaga CF está a pocos días de completar su primer verano en años sin ingresar un solo euro por traspasos, una vez que aún no ha vendido a ningún jugador y, de momento, no tiene visos de hacerlo salvo que en los ocho días que restan para que se cierre el mercado llegue alguna oferta suculenta a las oficinas de La Rosaleda. Así, desde que el jeque Al-Thani se hizo con las riendas de la entidad blanquiazul, no ha habido verano en el que el Málaga no haya hecho caja con la venta de jugadores, una práctica que los dirigentes achacaban a la necesidad imperiosa de ingresar «cash» para hacer frente a las importantes deudas y compromisos.

Así, todo apunta a que este año el Málaga cerrará el mercado estival sin vender a ningún jugador de su plantilla. Es cierto que han salido algunos futbolistas, como el caso del Memo Ochoa con destino al Granada en una cesión «encubierta» -termina contrato el curso que viene-, pero el Málaga no ha recibido un céntimo en la operación.

Y es que, la situación económica del club ha mejorado considerablemente respecto a años anteriores, donde la necesidad por ingresar era vital para la supervivencia del club, según en su día afirmaban los dirigentes blanquiazules. Ahora, con la entidad más saneada y la inyección económica que ha supuesto el nuevo contrato televisivo, el Málaga se ha visto más desahogado y no ha tenido las urgencias de veranos pasados.

Sin ir más lejos, el club tenía previsto que llegaran ofertas importantes por varios jugadores de la plantilla, pero de momento sólo han aparecido «curiosos» que han preguntado sin poner una oferta formal encima de la mesa. Son los casos de Roberto Rosales e Ignacio Camacho, dos puntales de la plantilla que podrían haber tenido interesantes «novias». En cuanto al primero, pese al interés de varios equipos, el Málaga ha decidido retenerle y está en negociaciones muy avanzadas para ampliarle el contrato al alza. Es un futbolista que ya ha demostrado su gran capacidad en las temporadas que ha estado aquí, donde lo ha jugado prácticamente todo. El caso de Camacho es diferente. El club contaba con que llegaría una gran oferta por él y por ello recuperó el total de sus derechos federativos, vendidos en un 50% a un fondo inversor en su día. Pero hasta la fecha, Camacho no tiene ninguna propuesta importante encima de la mesa, tiene una cláusula de 18 millones y todo apunta que seguirá siendo malaguista un verano más y ya van seis.

Pero no siempre el Málaga ha tenido una posición de poder a la hora de hacer frente a negociaciones por sus jugadores. Sin ir más lejos, la pasada temporada el Málaga tuvo que «malvender» a tres canteranos como Juanmi y los «Samus» para hacer frente a las importantes deudas que el club tenía adquiridas.

Unos movimientos que generaron desilusión en la afición y enfado en el por entonces técnico Javi Gracia, al que le habían prometido que no habría más de dos ventas. El Southampton pagó los 7 kilos de la cláusula de Juanmi, mientras que el Villarreal se llevó a los «Samus» en un pack por unos 17 millones de euros. Pero la diáspora el verano pasado no acabó ahí. Poco antes de que cerrara el mercado, Sergi Darder forzó su salida y el club aceptó una oferta del Olympique de Lyon por 12 millones de euros.

Esa ha sido la tónica en el club de Martiricos durante los últimos tiempos. De las ventas más sonadas en los últimos veranos destacan la de Willy Caballero al Manchester City (8 millones), Isco Alarcón al Real Madrid (30 millones), Jeremy Toulalan al Mónaco (5 millones), Joaquín al Fiorentina (2 millones), Santi Cazorla al Arsenal (16 millones) o Salomón Rondón al Rubin Kazan por (9 millones).