El fútbol moderno, tan protocolizado y esclavo del dinero y el márketing, a veces también deja historias bonitas como la de Youssef En-Nesyri, protagonista indiscutible en el Málaga CF en este último trimestre. Un futbolista que ayer se consagró con un golazo para darle al Málaga un ansiado triunfo ante un combativo Eibar que se adelantó en el marcador.

Y es que En-Nesyri no para de derrumbar puertas desde que llegó al Málaga hace menos de un año procedente de una remota escuela futbolística de su país. Desde entonces, el espigado ariete ha ganado la Copa de Campeones Juvenil, ha deslumbrado en pretemporada, ha debutado en el primer equipo y ya se ha estrenado como goleador. Todo eso a una velocidad meteórica que asusta, pero hay que disfrutar y paladear.

Juande le dio entrada a falta de 23 minutos y él, con la portería entre ceja y ceja y con un Málaga atascado a la hora de darle la vuelta al marcador, no se lo pensó. Avisó una primera vez con un arranque poderoso y latigazo con la zurda raso. Pero a la segunda no perdonó. Escorado a la derecha encaró a su par, armó el disparo con una parábola preciosa que acabó besando las redes y los corazones del respetable. En menos de 10 minutos, el solito, resolvió un partido en el que el Málaga volvió a generar dudas en la primera mitad, aunque mejoró en la segunda.

Sorprendente inicio de partido, no por el virtuosismo del Málaga precisamente, que no consiguió trenzar la primera jugada con criterio hasta el minuto 24. Antes, el Eibar, un equipo que cuyas mejores virtudes nunca han pasado por el trato del balón, bailaba a los de Juande sin ningún rubor. El meneo era tal que los primeros pitos no se hicieron esperar. La Rosaleda buscaba una reacción de un equipo sin ideas, plano y que su única manera de sacar la pelota y buscar a sus delanteros era mediante pelotazos.

Juankar, que debutaba esta temporada, tuvo que salir por lesión y las continuas interrupciones no permitieron que el Málaga se quitara los complejos. Pero entonces sucedió lo peor y lo que los 20.000 espectadores que ayer acudieron a La Rosaleda se temían: un gol del Eibar. Éste llegó en un nuevo despropósito defensivo blanquiazul. Un centro de Inui desde la izquierda llegó sin dificultades a Nano ante la pasividad de Llorente. El delantero armero tuvo hasta dos ocasiones para batir a Kameni en la misma jugada, que por supuesto no desaprovechó.

El drama se cernía sobre Martiricos. El Málaga presentaba pronóstico reservado y no tenía visos de mejora. Pero entonces se hizo la luz y tres minutos después del tanto del Eibar, Sandro cazó un balón dentro del área que mandó a la red tras un misil tierra-aire espectacular. El Málaga devolvía las tablas al marcador al filo del descanso. Todo comenzaba de nuevo para el equipo de Juande, que esta vez sí regresó al césped con claridad de ideas.

Los blanquiazules se hicieron con el mando del partido, tuvieron la pelota y dominaron a un Eibar que ahora sí se notaba en La Rosaleda. Lo de la primera mitad suponía un espejismo para ellos.

Tardó en llegar el tanto de la remontada hasta que En-Nesyri se hizo carne. Ya saben la historia. Pero incluso con el marcador a favor, al Málaga le dio por otorgarle opciones de empate al Eibar.

Finalmente hubo final feliz y el Málaga tiró de oficio para amarrar tres puntos vitales para el devenir liguero de este equipo. Todo se ve de otra manera después de ganar el primer partido y salir de los puestos bajos de la tabla. El Málaga suma ya cinco antes de la inminente visita al campo del Betis.

En todo caso, el Málaga sigue generando dudas, es inconsistente y ayer tuvo que ser un juvenil que aún no se desenvuelve bien en castellano el que sacara de un lío al equipo.