Mikel Villanueva (San Cristóbal, estado Táchira, Venezuela; 14 de abril de 1993) debutó el pasado domingo en Primera División a sus 23 años de edad. Lo hizo en Mendizorroza, pero lo más curioso de todo es que hace sólo tres años empuñaba un bate de béisbol en su Venezuela natal y el fútbol no entraba en sus proyectos de futuro. Ahora compite por hacerse un hueco en el once de Juande Ramos, a tenor de las bajas que acumula el conjunto blanquiazul en la zaga. El vinotinto ha dado el primer paso importante en su carrera, pero no quiere quedarse ahí.
Ya han pasado unos días. ¿Cómo fue el debut en Primera División?
Bien, muy contento por debutar en Primera División. Con ese propósito vine a España, para jugar en Primera. Y ya gracias a Dios lo conseguí. Ahora me queda esforzarme más para que me sigan tomando en cuenta.
¿Cuantas veces había jugado ese partido en sus sueños?
Desde que estaba en Venezuela. Desde que comencé a jugar al fútbol y pude jugar allí en Primera soñaba con esto, pero mi meta era jugar en la mejor liga del mundo. Y bueno, ya lo conseguí y estoy muy contento por eso.
¿Notó mucha diferencia con respecto a Tercera o a los partidos internacionales con su selección?
Sí, la diferencia por supuesto que la hay con los de Tercera, pero no con los de la selección. Realmente ir convocado con Venezuela y poder jugar me ha ayudado bastante porque son partidos del mismo nivel. Y fue importante que me tuvieran en cuenta para la selección. Así pude rendir lo que rendí en el partido.
Al menos ha tenido actividad con su selección, ya que Dudamel, el seleccionador de Venezuela sí ha confiado en usted pese a no haber tenido protagonismo en el Málaga...
Sí, me ayudó mucho, me mantuvo a ritmo de competición. Y eso es importante, que no me paré en este tiempo que estuve sin jugar con el Málaga. Pero allí con mi selección pude tener minutos. Y eso es lo que me tuvo con fuerzas para seguir entrenando más fuerte aquí en el equipo.
La pena es que no están saliendo las cosas con su selección...
Bueno sí, la verdad es que las cosas están muy mal. Pero revertiremos esta situación pronto.
¿Quién le apoyó el pasado domingo más sobre el césped para aplacar los nervios?
Yo no sufro de ponerme nervioso. Entré confiado en la cancha y todos los compañeros lo ayudan a uno. Hay compañeros excelentes y eso ayuda a mejorar cada día.
¿Cuando sabía que iba a jugar de titular? Porque usted llegó el viernes...
La verdad que el día antes del partido -sábado-, más o menos el míster me dejó ver algo. Me contentó mucho y así salí a la cancha.
¿Ha sido larga la espera para debutar? Hizo una buena pretemporada y los problemas defensivos por lesiones o incluso por rotaciones también han estado presentes...
Sí, fue larga, pero yo trabajo para el día que me necesiten y para hacerlo lo mejor posible.
¿Se considera el quinto defensa?
No. Yo creo que tengo las mismas opciones que el resto de compañeros. Todos hacemos un trabajo estupendo y estamos preparados para el momento en el que nos toque.
¿Cree que repetirá titularidad mañana domingo?
Sí, creo que sí. Aún no lo ha planteado el técnico pero cualquiera de los que estamos atrás podemos salir titulares y lo haremos bien.
¿Qué le pasa al equipo defensivamente, por qué hay tantos despistes? Los números no son malos pero hay muchos fallos puntuales...
Quizás siempre empezamos por debajo en el marcador y eso desmotiva al grupo un poco. Pero hemos sabido manejar la situación, remontando algunos partidos. Hay que seguir trabajando en defensa, que es el fallo que tenemos y corregir. Pero de eso se encargará el míster.
¿Hay nervios en el equipo?
No, la verdad es que no. Trabajamos confiados en que vamos a hacer las cosas bien y que cada día mejoramos poco a poco.
¿Se crearon unas expectativas demasiado altas?
Creo que no. Hay un equipo excelente y sé que se pueden lograr cosas buenas y ojalá se sucedan.
En el plano personal. ¿Cómo es su adaptación al fútbol de elite en España?
La diferencia la hay y muy grande, pero la adaptación ha sido muy buena y rápida gracias a mis compañeros. Ellos me han acogido bien y eso es importante. Y ahora a trabajar para mejorar.
Hace sólo tres años y medio su vida deportiva estaba enfocada al béisbol. ¿Cómo se dio ese cambio tan radical?
Sí, cambió radicalmente. Toda mi vida la inicié jugando al béisbol, nunca pude jugar en categorías inferiores del fútbol. Y de un día a otro, cuando estaba en la universidad, se dio el cambio de deporte. Me fichó un equipo de Primera División para su filial en Venezuela, duré cuatro meses y subí al primer equipo. Gracias a Dios se dio todo bien y fue rápido. Siempre que me dieron la oportunidad la aproveché. Y por eso estoy aquí ahora.
¿Hay alguna similitud entre el béisbol y el fútbol?
No hay muchas. Pero sí alguna que otra, los reflejos y reacciones que por supuesto de haber jugado al béisbol me ayudan. Yo jugaba de campo corto, entre segunda base y tercera. Es mucha reacción, cambio de direcciones.
¿Ha vuelto a jugar al béisbol o suele hacerlo?
Tampoco. Nada, ni con los amigos. Aquí tampoco he visto que jueguen mucho. Allí es el deporte de elite del país.
¿Qué le dice su familia venezolana?
Muy contentos porque me ven aquí, que estoy triunfando y que esto sea el comienzo de una carrera larga. Me siguen, no hay problema. Es complicado por el horario pero no hay problema en seguirme.
Supongo que Juanpi y Rosales habrán jugado un papel fundamental en su acoplamiento al equipo...
Sí, claro. La ayuda de ellos fue muy grande. Me ayudaron a adaptarme a la ciudad y a los compañeros. Gracias a ellos ahora me siento muy cómodo y muy contento de estar aquí.
Tiene en su perfil de twitter una foto surfeando, ¿le gusta?
Sí, me gusta. Bueno, ya no lo hago. Pero sí me gustan los deportes extremos y todo lo que tenga que ver con el mar. Ahora ya no puedo practicarlos, evidentemente.
¿En Venezuela, donde vivía había mar cerca?
No, pero vivía un familiar cerca, en la costa. Y hacía esos deportes y siempre me crié con eso.
¿Y en su país, la situación cómo está?
Bueno, la verdad es que la sensación es que la situación cada vez está peor. No me gusta meterme en política ni nada, pero estamos pasando por una situación difícil. Ojalá todo cambie para bien. Esperemos que sea pronto. Ojalá todo mejore.