Hoy se cumple un año desde que Francesc Arnau tomara el mando de las operaciones de la dirección deportiva del Málaga CF. Aunque el ejecutivo malaguista ya llevaba días trabajando en la sombra, el club oficializó su nombramiento el pasado 15 de diciembre de 2015. Un cambio que llegó en sustitución de Mario Husillos y que culminaba, en cierta medida, la revolución que Al-Thani había comenzado pocas semanas atrás con la salida de Vicente Casado de la dirección general del club.

Arnau llegó al puesto de director deportivo desde un despacho cercano, tras ser adjunto a la dirección de La Academia. De ahí que la apuesta por la cantera en este último año haya tomado forma o que haya podido dar sus frutos de manera más visible. En cualquier caso, el exportero malaguista era y es un hombre de la casa que tomó las riendas de la faceta deportiva en una situación compleja y también con trabajo por delante.

Porque el Málaga el curso pasado por estas fechas no vivía la mejor de las situaciones. Ni dentro ni fuera del campo. El ejecutivo tuvo que salir al mercado para firmar rápido a jugadores que ofrecieran una respuesta inmediata, ya que el equipo de Gracia coqueteaba con el descenso. Y en su primera ventana de fichajes, Arnau incorporó a Chory Castro, Federico Ricca, Christian Atsu, Miguel Cifuentes e Ikechukwu Uche. La respuesta del veterano charrúa fue la más positiva, ofreciendo un acoplamiento y rendimiento inmediato e inmejorable. El joven Ricca también ofreció buenas vibraciones en sus primeros partidos a su llegada a Europa. Atsu estuvo un tiempo lesionado, pero acabó aportando. Aunque casi inédito fue el papel de Cifu y el delantero nigeriano.

Por medio se fraguó la salida de Amrabat, que se marchó al fútbol inglés por 8 millones de euros. También salieron Angeleri -vendido-, además de Espinho, Tighadouini y Rescaldani, cedidos. El club le dio la baja a Flavio y Chen.

La nave malaguista se recondujo y el objetivo a final de temporada se cumplió para que el Málaga acabase la temporada octavo. Pero antes del verano Arnau tuvo que lidiar con otro problema más: la marcha de Javi Gracia. El técnico navarro tenía una oferta mareante del Rubin Kazan ruso y pese a que semanas antes había renovado y ampliado su contrato, su salida se antojó casi inevitable. El director deportivo tenía que ponerse manos a la obra en busca de un nuevo entrenador para un proyecto ambicioso del nuevo Málaga, que contaría con uno de sus mayores presupuestos después de que Al-Thani dejara de invertir en el club. Y la respuesta la encontró en Juande Ramos. El manchego, un técnico de pedigrí, regresaba a Málaga y lo hacía con ambición y con la palabra Europa en su discurso.

En la faceta de fichajes, el Málaga también apostaba fuerte con jugadores con proyección y de futuro. Jony, Keko, Michael Santos, Sandro o Diego Llorente eran algunos de los ejemplos que levantaron el optimismo malaguista en verano. Kuzmanovic, Koné o Boyko -ya al final-, quizás tenían menos cartel, aunque con pedigrí internacional.

El Málaga había invertido en el mercado veraniego más de diez millones de euros -aunque Jony llegó libre y se fraguó en febrero, al igual que Santos, que costó 4,5 millones-. Y no había ingresado por traspasos, lo que suponía un problema para el control financiero. La no venta de Rosales y sobre todo de Camacho en los últimos días del mercado también supusieron momentos de tensión para la dirección deportiva.

Los que sí salieron fueron jugadores como Filipenko, Boka, Ochoa, Horta, Rescaldani, Mastour, Tissone, Roque, Cop y, el más polémico de todos, Raúl Albentosa. Las discrepancias por su salida fueron notables y finalmente el jugador acabó en el Deportivo de La Coruña.

Renovaciones y cantera. Sin embargo, durante el año de mandato de Arnau también se han fraguado renovaciones, lo que generará beneficios para el futuro Málaga. Kameni fue el primero en revisar su situación por el interés del Watford con hacerse con sus servicios. Pablo Fornals, Rosales, la continuidad de Juankar, Weligton y Duda, la promoción de Mikel Villanueva, o las revisiones de contrato de jóvenes jugadores como En-Nesyri, Luis Muñoz o el blindaje a Kuki u Ontiveros se han gestado en el último año. Además, están encaminadas las revisiones a Juanpi y Camacho.

Pero ahora, ya en enero, Francesc Arnau no tendrá tiempo para celebrar su aniversario al frente de la dirección deportiva y ya trabaja en el mercado invernal, donde el equipo necesita refuerzos. La rueda no deja de girar.