La primera vuelta del Campeonato Nacional de Liga 2016/2017 ya es historia y aunque la noria sigue girando, es momento para hacer balance de cómo le ha ido al Málaga CF en esta primera mitad del curso. Una temporada que prometía mucho este verano, pero conforme las jornadas y los acontecimientos han ido sucediéndose, las expectativas creadas han ido menguando.

Y es que, la primera vuelta del Málaga presenta más sombras que luces. El equipo malaguista ha quedado marcado por varias circunstancias que han condicionado el rendimiento de un equipo, confeccionado según mucha gente en el club, para asaltar los puestos europeos.

Pero la realidad ha sido bien diferente y la renuncia de Juande Ramos, que se marchó justo antes de Navidad, la llegada de Marcelo Romero, las numerosas lesiones y la deficiente planificación de la plantilla han hecho mella en el proyecto.

La espantada de Juande Ramos, quizás ha sido el acontecimiento más reseñable del equipo en todo lo que va de temporada. El manchego no consiguió imprimirle al equipo una identidad propia en el tiempo que estuvo aquí y decidió tomar las de «Villa Diego». Además, su poco feeling con el público hizo el resto. El ambicioso proyecto del Málaga zozobraba sin su buque insignia y en medio de una Navidad convulsa el jeque decidió apostar por el Gato Romero como entrenador hasta final de temporada.

Antes, el Málaga mostró una cara más que irregular, sacando partidos adelante a base de pundonor y una gran pegada, aunque al mismo tiempo evidenciaba graves problemas defensivos. En ese sentido los números cantan y la flaqueza defensiva del Málaga respecto a la temporada pasada es evidente. El curso pasado, con Javi Gracia en el banquillo, el Málaga había encajado 18 goles menos a estas alturas de curso. En cambio, este Málaga es mucho más incisivo en ataque y suma 27 goles, por los 14 que sumaba el curso pasado.

El Málaga finaliza la primera vuelta con 21 puntos, con buenas sensaciones tras lo exhibido en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid, pero con dudas por la sangría de derrotas y goles encajados a balón parado. Y es que, los últimos cinco tantos que ha recibido Kameni han llegado en jugada de estrategia, una rémora que el Gato Romero debe solucionar cuanto antes para amarrar la permanencia.

Porque con 21 puntos en el zurrón a estas alturas, lo cierto es que hablar de Europa a día de hoy parece demasiado osado, y más viendo las sensaciones que deja el equipo. Así, en el club piensa en la permanencia ­-maneja números para conseguirla sin muchos problemas­-. La realidad no invita a otra cosa y las cuatro derrotas consecutivas (seis partidos sin ganar) pesan a la hora de pensar en cotas más altas.

Las expectativas con el proyecto eran altísimas, una vez que el club realizó la mayor inversión de los últimos tiempos desde que el jeque decidió dejar de poner dinero. Pero el desacierto en algunos fichajes y las numerosas lesiones que atacan al equipo han impedido, en parte, que el proyecto despegue.

Dos aspectos que han obligado al Málaga a lanzarse al mercado invernal en busca de cuatro refuerzos ­-dos centrales, un mediocentro defensivo y un delantero-. De momento ya tiene un central contratado (Demichelis), otro apalabrado (Luis Hernández) y un delantero en liza (Peñaranda); y busca centrocampista.

El gesto de Weligton

Por otro lado, durante la primera vuelta el malaguismo asistió a un gesto difícil de ver en un futbolista a día de hoy. Lo hizo Weligton, que lesionado, dejó su ficha de extracomunitario libre para que el Málaga pudiera firmar a Adalberto Peñaranda. Un acto que muestra el respeto y amor del brasileño por el club.