Juanpi Añor no termina de dejar atrás los problemas en el pubis que le han hecho perderse los dos últimos partidos de Liga (Villarreal y Las Palmas). Unas molestias que el venezolano arrastra desde hace tiempo, pero que se han agudizado en las últimas semanas obligándole a parar y racionalizar sus entrenamientos para evitar sus dolencias.

Y es que, los problemas de pubis no son fáciles y no tienen un diagnóstico claro, dependen mucho de las sensaciones del propio jugador, tal y como sucede con Juanpi. Son molestias que van y vienen y que incluso estando latente el jugador hace el esfuerzo por jugar.

Así, Juanpi, durante las últimas semanas ha visto como algunos días las molestias remitían y le posibilitaban entrenar al máximo nivel y otros que reaparecían y le obligaban a frenar. Tal y como pasó ayer, que por prevención se quedó en el gimnasio mientras que el martes sí saltó al césped a ejercitarse con el resto de sus compañeros.

Un problema, el del pubis, que hace que la participación de Juanpi el próximo sábado contra el Eibar se complique. El venezolano es seria duda para el duelo ante los vascos, aunque nadie a día de hoy se aventura a descartar su presencia.

En todo caso, los problemas para el Gato en la medular con la duda de Juanpi se acentúan. Y es que, el venezolano es una de las variantes que maneja el Gato Romero para cubrir las ausencias por sanción de Camacho (cumple ciclo de amarillas) y José Rodríguez (expulsado por doble amarilla).

Por lo tanto, el Gato debe buscar la mejor manera de cubrir las bajas de sus dos únicos pivotes defensivos de la plantilla (Recio y Kuzmanovic siguen fuera por lesión) y entre la opciones que maneja, además de la de Juanpi, está la de retroceder a Pablo Fornals de la media punta al centro del campo y subir a uno de los centrales, que podría ser Diego Llorente.

Por su parte, Martín Demichelis tampoco saltó al césped del Ciudad de Málaga ayer y se quedó en el gimnasio realizando trabajo preventivo.

Los que parecen que sí han olvidado sus problemas físicos son Ricca y Luis Muñoz, que aguantaron la carga de trabajo al mismo ritmo que sus compañeros.

Sandro, como viene siendo habitual, alternó labor específica en el gimnasio y el césped junto al readaptador físico Hugo Camarero.