Míchel pasa consulta a diario. Y lo hace sobre el verde, en el entrenamiento y a vista de todos. Sus sesiones no suelen ser prolongadas en el tiempo, pero sí terapéuticas. Sin reproches y buscando un objetivo común. El técnico madrileño tiene trabajo por delante, porque la plantilla blanquiazul necesita una intensa sesión de recuperación. Trabajo grupal e individual que viene acometiendo el técnico desde hace dos semanas, desde que tomó las riendas del equipo blanquiazul.

Míchel deja poco al azar. El míster es metódico, incide en los detalles y también vigila en corto a sus jugadores para intentar sacarles el máximo jugo. Keko ya señalaba el pasado martes que la plantilla sufre males anímicos, y la mejor solución es trabajo y terapia.

El preparador madrileño se ha dejado ver cercano a los jugadores, charlando con ellos, animándolos e inculcándoles sus teorías futbolísticas. Keko, Ontiveros, Recio, Juanpi o Pablo Fornals son algunos con los que más ha incidido el entrenador. Pero no los únicos.

Míchel no ha escondido en sus comparecencias públicas que el equipo necesita un cambio anímico. «La responsabilidad a los jugadores no debe atenazarlos, sino sacar a relucir sus cualidades, que son muchas», explicó el madrileño en la previa ante el Leganés. «Se habla de la presión, como si fuera mala. Este es un club que no se debe permitir con esta plantilla y afición estar pasando por esta situación. Hay que afrontarla. No puede uno apartarse de eso que llamamos responsabilidad positiva», dijo.

Las miradas están centradas estos días en jugadores que van a tener una importancia vital en las próximas semanas. Restan diez jornadas de Liga y los cambios físicos y tácticos son muy complejos de llevarlos a cabo. Es por ello que Míchel está aprovechando esta semana sin fútbol para incidir en el aspecto anímico de su plantilla.

En las imágenes que ilustran la información se puede observar cómo el técnico departe con Recio, que afronta el tramo final de su recuperación y podría estar en los próximos compromisos, o con Juanpi, que también se espera que pueda estar pronto a sus órdenes. Directo, cercano y gesticulando mucho, intentando captar toda la atención de su «paciente».Situación ya vivida

Míchel no es nuevo en estas lides. El técnico ya tomó las riendas del Getafe en la temporada 2008/09 en una situación mucho peor que la que se encuentra actualmente el conjunto blanquiazul.

En su primera experiencia como entrenador de un equipo en Primera División, Míchel recaló en el Getafe para afrontar las cinco últimas jornadas de Liga en sustitución de Víctor Muñoz. El conjunto azulón iba cuarto por la cola y empatado a puntos con el antepenúltimo a 34 puntos.

La situación era sumamente delicada, pero con Míchel en el banquillo el Getafe consiguió salvar la categoría. Pese a que perdió el primer encuentro en Mallorca (2-1), consiguió ganar sus dos siguientes compromisos en casa y empatar los dos partidos fuera. Ocho puntos de quince posibles para salvarse en la última jornada, con 42 puntos. Esa experiencia es la hoja de ruta para aplicarla en este Málaga. aunque con más margen de tiempo y de puntos.