Sergio «Keko» Gontán Gallardo (Brunete, Madrid, 27 de diciembre de 1991) es un jugador extrovertido. Lo demuestra con su look de pelo, lo expresa también jugando y, lo es en las distancias cortas. Keko no se esconde, muestra su lado más humano y también hace autocrítica. Sus declaraciones el pasado martes en sala de prensa, donde afirmaba que el equipo «tiene miedo a perder», han formado cierto revuelo. El madrileño explica de manera más detallada y sosegada sus impresiones y también lanza un aviso: «No tengo ninguna duda en que vamos a conseguir el objetivo».

¿Cómo era Keko en el colegio?

Yo en el colegio, si lo van a leer los niños, sólo decir que era muy estudioso, sacaba todo dieces. Pero si no lo van a leer, comentar la verdad que era un poco desastre. Mis padres andaban a la gresca conmigo porque me tenían que poner premios para que estudiase e hiciera los deberes. Nunca he suspendido pero sí me costaba ponerme. Me ponía el día anterior, sacaba un suficiente y con eso me valía.

¿De no haber sido futbolista, qué habría sido?

Mi cabeza no ha contemplado otra cosa que no fuera ser futbolista. Siempre he pensado en vivir el momento y mi momento siempre me ha ido llevando por el fútbol. Y si no hubiera salido, habría buscado otra alternativa. Pero por suerte, gracias a que mi cabeza sólo contemplaba esa opción, he conseguido ser futbolista.

¿Es Míchel un profesor rígido o cercano?

Es una persona que tiene muchas tablas, mucha experiencia y mucha inteligencia social. Ha estado en vestuarios importantes. Ha trabajado con gente de la elite y tiene mucha inteligencia social para saber cómo llevar un grupo. Sabe cuándo tiene que ser muy rígido y serio, sabe cuándo tiene que apretar y meter «el dedito en el culo» mal dicho, pero también sabe cuándo tiene que dar una palmadita y la caricia. No quiero menospreciar el trabajo que se había hecho antes porque creo que Gato Romero ha tenido mala suerte a nivel de resultados y que la aportación de Míchel va a ser positiva porque sabe de fútbol y para estos diez últimos partidos es lo que necesitamos.

¿Qué les dice el míster, les pone muchos «deberes»?

No es que nos ponga muchos deberes, pero él es muy metódico. Lo tiene todo muy marcado y quiere que nosotros también lo tengamos todo muy marcado. Desde el estudio al rival y los vídeos, donde nos lo machaca, hasta el trabajo que quiere que hagamos cada semana o el fútbol que hacemos sobre el campo. Lo tiene muy machacado para que tengamos las ideas claras. Pero es cierto que llevamos poco más de diez días con él y tampoco es fácil asimilar los conceptos o que se plasmen sobre el campo.

El otro día comentaba que el equipo «tiene miedo a perder»€ Se formó cierto revuelo con sus palabras porque normalmente un jugador no muestra debilidades en sala de prensa.

Sí, a ver, no sé si encontré las palabras adecuadas o si fue una equivocación llamarlo «miedo» en lugar de «ansiedad por ganar». Enfócalo como quieras. Lo que quise dejar claro es que la realidad es que no estamos jugando con la soltura que estos jugadores pueden tener para desarrollar todo su talento. Es normal que a veces se nos atasquen los partidos o que el equipo está metido en una situación que nunca hubiésemos imaginado por plantilla, pero que ahora mismo nos hemos metido en esta situación y que hay que buscar la solución. No jugamos con la soltura que si tuviéramos 40 puntos. Estamos condicionados por el resultado y porque hace tiempo que no llegan los resultados positivos. Y eso quieras que no, por muy bueno o muy malo que seas, a la cabeza le condiciona.

¿Puede que estas declaraciones no hayan sentado bien en el vestuario o que algún compañero no lo entienda así? ¿Le han comentado algo?

Bueno, hay un vestuario tan sano que lo que comentes siempre te van a meter caña en el vestuario. Pero eso es síntoma de que el vestuario es sano y hay buen rollo.

Da la sensación de que esas declaraciones también humanizan al jugador y que pueden tener un efecto positivo en el futuro, cuando el equipo se vea atenazado en La Rosaleda€

Si alguien piensa que el futbolista es de hielo o un súperhumano tengo que decirle que es totalmente mentira, que es una creencia falsa. Somos personas, que tenemos la suerte de desarrollar nuestra profesión y hemos conseguido llegar a cierto nivel, pero a nivel humano de emociones y de sentimientos los tenemos como todas las personas. Cuando perdemos un partido nos vamos a casa jodidos, no duermes€ Cada uno se lo toma a su manera. Pero sí es cierto que hay que mostrar esa imagen porque ahora necesitamos para estos partidos la ayuda de nuestro público y ellos tienen que saber que los necesitamos. Pero aunque tengamos esa ansiedad por conseguir el objetivo que tenemos para este año, no pongo en ninguna duda de que lo vamos a conseguir. Estamos confiados en ello.

¿Cómo se combate esa ansiedad? ¿Es mejor para un jugador abstraerse un poco del fútbol o centrarse todo el día en la importancia del próximo partido?

El ideal siempre está en el equilibrio. Nos reunimos por la mañana aquí y estudiamos al rival, la forma en la que queremos jugar, intentamos llevarlo a cabo en el campo y hacemos nuestro trabajo. Y esas 4 ó 5 horas que pasamos aquí tiene que ser un trabajo muy metódico. Pero sobre todo lo que marca la diferencia es la concentración. Y luego el futbolista ya de por sí, por las tardes o cuando no está en el ambiente del fútbol, debe abstraerse porque bueno, ya vivimos en un mundo en el que a todo el mundo le gusta el fútbol, opina de fútbol y te van a meter en los comentarios o sobre sus pensamientos cuando salgas a la calle. Entonces es mejor en casa intentar abstraerse.

Se habla de que esta plantilla no estaba confeccionada para pelear por la permanencia y que puede ser uno de los hándicaps, encontrarse en un escenario para el que no se estaban preparados.

Bueno, seguramente todos los que estábamos al principio de año y los que crearon este proyecto nunca imaginaron estar en esta situación. Y cuando llegas a esta situación te sorprende pero tienes que saber gestionarlo. Nosotros tenemos mucho el apoyo del club, del cuerpo técnico y también entre nosotros, pero sí es verdad que mentalmente hemos tenido que cambiar el chip.

¿Se han echado cuentas en el vestuario? Se mira el calendario propio y de los rivales?

No. Se mira la siguiente partido sólo y las posibilidades de ganar.

Y el próximo partido es contra su Atlético, ¿quiere reivindicarse?

Ahora mismo sinceramente no me importa a nivel de reivindicación o de demostrar nada. Lo único que importa es sacar los tres puntos, me da igual que sea el Atlético, el Sporting o el Barcelona. Al Atlético ya se le ganó tres años aquí. Va a ser un partido duro porque está arriba.

Y luego el Sporting, a vida o muerte. ¿Miran de reojo a ese partido por la trascendencia que tiene?

No. Sería una equivocación hacerlo.

Se cumplen dos meses desde que regresó de su lesión. ¿Está ya olvidada?

Hasta que me lo has recordado, sí (risas). No puedo poner ninguna excusa porque me encuentro fenomenal, cada día mejor. Las dos primeras semanas me costó un poco más de lo normal, pero mi cabeza tiene ya olvidada la lesión y a me encuentro al mismo nivel que mis compañeros.

Sin embargo no está encontrando la continuidad que le gustaría€

Sí, seguramente no estoy teniendo la continuidad que me gustaría, a veces por demérito mío, y ya está. Pero yo no puedo ahora pedir. La situación que en la que está el Málaga es para que los jugadores pidamos poco y demos mucho. Quizás este año las cosas van como van también porque de los 25 que estamos en el grupo, nunca hemos estado todos disponibles, siempre han estado cinco lesionados, luego otros tres y siempre jugadores importantes.

¿No es usted muy goleador (hasta ahora) pero posiblemente eso le ayudaría a asentarse?

Sí, un gol siempre alivia, da confianza. Pero lo que me daría confianza es que el equipo ganase. Como te digo, ni me importa mi situación personal, ni mis goles o no goles. Firmaría ahora mismo si me dijeran que no juego más en estos diez partidos y el Málaga se salva.

Fue el fichaje más caro de la temporada. ¿Pesan esos 5 millones de euros?

No, al revés. Yo cuando juego no pienso en eso. Sé cómo funciona el mundo del fútbol. Un día lo pagan por uno, y otro día, por otro. Me parece algo normal y con lo que sabemos vivir. Siempre digo que lo que pagan no es por lo que estoy por hacer, sino por lo que he hecho.