El madrileño ve en el nuevo técnico una oportunidad para seguir creciendo y también explica su faceta más personal.

Ocupa la misma demarcación que en su momento lo hacía Míchel. ¿Cómo lo afronta, es una presión añadida, un espejo, una ventaja contar con él como técnico?

Sí, además él suele estar pendiente de corregir a los chicos de banda a nivel de gestos técnicos, pero porque él ha jugado ahí toda la vida y le viene más natural. A mí cada entrenador que me ayude a mejorar lo voy a ver siempre de una manera positiva.

¿Lo vio jugar?

Me pilló recién nacido, pero lo tengo muy analizado en vídeos. Pero fue una leyenda, nadie va a poner en duda lo que ha sido él o los cinco de la Quinta del Buitre. Y ahora tenemos la suerte de tenerlo como entrenador.

Lleva tatuado la leyenda «Siempre Fuerte». ¿Es en referencia a Pablo Ráez?

No, la verdad es que lo tengo desde hace tres años. Pero ha coincidido que Pablo lo tenía como lema. Yo enseñé el tatuaje cuando él falleció y aproveché también para raparme el pelo como muestra de cariño.

Su look de pelo también es muy cambiante. ¿A lo mohicano que lo tiene ahora quiere expresar algo?

Lo del look no es una manera de reivindicarme, aunque puede que ahora sea un poco la forma de mostrar mi personalidad, pero a nivel de que muchas veces estoy en casa, me miro al espejo y me aburro de mí mismo. Y entonces digo de raparme, hacerme una cresta o dejármelo largo. Sólo por eso.