¡Vaya subidón! El Málaga CF culmina su semana perfecta ante todo un FC Barcelona con un triunfo de prestigio, convincente y con efecto sanador para una afición necesitada de una alegría como la de anoche. Porque vencer al Barça no es moco de pavo, y más cuando se le gana de tú a tú, sometiéndole a tu estilo y borrándolo del mapa con un 2-0 incontestable. Y eso que este Barça no venía a Málaga a ver traslados y disfrutar de las vistas desde el Gran Hotel Miramar. Los culés saltaban al césped de La Rosaleda conociendo el «pinchazo» del Real Madrid en el derbi capitalino, una puerta abierta en la lucha por la Liga que les debía servir de acicate para morder en Martiricos.

Pero el Málaga se encargó de neutralizar ese deseo azulgrana por asaltar el liderato. Sandro, extramotivado y voraz en los 76 minutos que estuvo en el césped, dio la ventaja al Málaga tras culminar una cabalgada brutal por un pase al espacio de Ricca en la primera mitad. Y Jony, al borde del descuento, culminó la gesta en una contra de libro lanzada por un excelso Pablo Fornals. Un triunfo de quilates que permite al Málaga abrazar la permanencia, mirarla a los ojos sin rubor y quitarse así el poco peso que le podía quedar tras el balsámico triunfo en Gijón de hace cuatro días.

Una semana perfecta en la que Míchel,si es que le hacía falta, sale reforzado y como gran triunfador. Ya dijo que esta plantilla tenía mimbres y potencial para estar más arriba y con trabajo, sentido común y un poco de suerte, el entrenador madrileño ha cambiado la cara a un plantel hundido hace bien poco.

[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie9.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie8.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie7.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif]

La victoria de ayer no fue por casualidades del destino. Míchel tenía la fórmula secreta y sus hombres la desarrollaron con maestría. Porque el Málaga salió al partido con la intención de hipnotizar al Barça. Le dejó toda la posesión en los primeros minutos. Y cuando digo toda, digo toda. Bien plantado, con una línea de cinco a la hora de defender, Míchel supo encontrarle las cosquillas a un Barcelona raro, plagado de suplentes -aunque con el tridente Messi, Suárez, Neymar- y que no halló la manera de meterle mano al cuadro local en la primera mitad. Cuando no rebañaban el balón Recio o Camacho, eran Llorente y Luis Hernández los que se anticipaban a los culés.

Solo Luis Suárez consiguió romper el entramado defensivo de Míchel, pero se topó con Kameni que se hizo enorme para desviar un mano a mano clarísimo con el charrúa. Poco a poco el cuadro malaguista fue dando pasitos al frente, sacando el balón con más criterio y desmontando la propuesta azulgrana. El nerviosismo culé no tardó en aparecer y pronto Jordi Alba y Neymar -los que entran fácil al trapo- vieron la amarilla.

[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie9.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie8.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie7.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif]

El Málaga llevó el partido a su terreno y Sandro, incisivo y despiadado arriba, hacía temblar el experimento defensivo de Luis Enrique. Así llegó el gol del Málaga, cómo no de Sandro, el noveno del canario en la temporada y que fue una pesadilla para las espaldas de los defensas azulgranas. Un balón largo al espacio de Juankar pilló a la zaga blaugrana en «bragas» y la velocidad y tino del ariete malaguista hicieron el resto. 1-0, delirio en La Rosaleda y celebración del canario en la que había cuentas pendientes con su exequipo.

Luis Enrique trató de arreglar el entuerto con la entrada de Iniesta y Sergi Roberto, pero el Málaga consiguió sofocar el conato de remontada culé. El asturiano metió más madera con Alcácer, pero Neymar, desquiciado todo el partido, se autoexpulsó con una absurda entrada sobre Llorente. Sin el astro brasileño la machada malaguista parecía más cerca, pero no terminaba de sentenciar.

Fue cuando entró en escena el show de Gil Manzano y sus asistentes. En dos minutos pitó un fuera de juego inexistente de Peñaranda antes de marcar a placer y después sacó fuera del área una falta a Pablo Fornals que era penalti.

Luego el Barça se quejó de una acción similar pero afortunadamente el Málaga no tuvo que acordarse de esos errores arbitrales y Jony sentenció, a pase de Fornals, poniendo un bello epílogo a la obra perfecta que Míchel diseñó ante el peor rival posible. Málaga, ¿dónde estuviste todo este tiempo?