Si hay un jugador dentro de la plantilla del Málaga al que le ha venido como anillo al dedo la llegada de Míchel al banquillo, ése es Diego Llorente. El central madrileño ha pasado de ser el último en la rotación dento de la zaga, a titular indiscutible de la mano del preparador madrileño, que ha recuperado la mejor versión del defensa cedido por el Real Madrid.

Y es que, Llorente, más centrado y con confianza en los últimos partidos, ha conseguido revertir la situación que lo había puesto en el disparadero. Así, ha cambiado los pitos que en su día recibió por parte de la afición a los aplausos generalizados tras tener una gran actuación ante todo un FC Barcelona.

La confianza del canterano del Real Madrid tocó fondo cuando el Málaga acabó eliminado de la Copa del Rey a manos del Córdoba, perdiendo por 3-4 en La Rosaleda, cuando la afición se cebó con él y con Boyko. No estaba siendo la temporada esperada, es cierto, pero esas críticas le pesaron más y más. Hasta tal punto que el Gato Romero, sustituto de Juande, se olvidó de él y solo jugó cuatro partidos con él y siempre por lesión o sanción de un compañero.

Pero con Míchel, salvo el partido de su debut ante el Alavés que jugó con Demichelis-Luis Hernández, el madrileño ha contado con Llorente en los otros cinco partidos, donde ha jugado todos los minutos y rindiendo a un buen nivel. Hasta tal punto de que el sábado se consagró con su mejor partido del curso frente al conjunto azulgrana.

Llorente ha encontrado en Luis Hernández a su perfecta pareja de baile. Ambos neutralizaron a la «MSN» y además, el madrileño provocó la segunda amarilla y expulsión de Neymar por una dura entrada.