El Málaga CF se ha convertido de un tiempo a esta parte en un club que apuesta fuerte por su cantera y que ha promocionado en los últimos años a numerosos jugadores en su primer equipo. Sin embargo, la dirección deportiva del conjunto blanquiazul tiene sobre la mesa un importante galimatías de cara a su futuro de jóvenes promesas. Todo prácticamente embargado a expensas de conocer si el Atlético Malagueño consigue dar el salto a Segunda División B, el objetivo que sólo está a 180 minutos y del que les separa el Unión Adarve de Madrid.

El filial del Málaga CF tiene un importante elenco de estrellas que apuntan alto en un futuro no muy lejano y que desde luego se les ha quedado pequeña la Tercera División. Son los casos del «Pichichi» Adrián Wójcik con 23 años y con 26 goles en la categoría, el polivalente Jack Harper -una de las esperanzas del fútbol escocés-, Kuki Zalazar -internacional español en todas las categorías inferiores-, el talentoso Mula, Maty, Arturo, Luis Muñoz, Javi Jiménez, David Ramos, Aarón -acaba contrato-... Jugadores, la mayoría, que no repetirían un año más en la cuarta categoría del fútbol español, por donde se han paseado este año tras acabar primeros del Grupo IX con 90 puntos y 107 goles. Y es que de no ascender el filial a Segunda B, deberían buscar fortuna lejos de Málaga, ya sea en calidad de cedidos, de traspaso o con la carta de libertad debajo del brazo.

Este caso no es nuevo en el club, ya que el año pasado Jaime Moreno o Deco, entre otros, tuvieron que dar el salto a un equipo de Segunda B para continuar con su evolución porque Tercera se les había quedado pequeña. Y su papel lejos de Málaga también se ha hecho notar. Pero están en un cierto «limbo» malaguista a expensas de lo que suceda con el filial. Y es que quizás no tengan hueco en el primer equipo, pero desde luego no van a dar un paso atrás en su carrera para volver a Tercera.

El Málaga CF necesita el filial en Segunda División B si no quiere que otra de las mejores hornadas de canteranos vuelva a desperdigarse y perderse. Es un reclamo deportivo necesitado y perseguido. Y también para evitar que el salto de categoría al Primer equipo sea tan grande. Porque Míchel ya anunció el curso pasado que la cantera tendrá protagonismo en su plantilla, que contará con un grupo de cuatro o cinco jugadores que entrenarán a sus órdenes, serán uno más del plantel pero que cuando no entren en las convocatorias deberán jugar con el filial para no perder frescura ni ritmo de partidos. De ahí el interés de ascender.

En ese caso no estará Javier Ontiveros, que en principio cuenta como un jugador del primer equipo a todas luces, aunque lo hará previsiblemente con dorsal de jugador del filial. Y está por ver el rol de En-Nesyri y de Luis Muñoz, los otros dos canteranos que en el pasado curso debutaron y jugador con el primer equipo. El marroquí tiene la oportunidad de ganarse un hueco si convence a Míchel este verano, pero con Luis hay más paciencia, por lo que pueda que repita su rol un año más, aunque con más apariciones en la elite.

Un equipo vinculado

Si el Atlético Malagueño consigue ascender a la categoría de bronce nacional, si es capaz de dejar en la cuneta al Unión Adarve en estos dos partidos -el primero mañana domingo en Madrid a las 18.00 horas-, el conjunto blanquiazul buscará un equipo vinculado en Tercera para acoger a aquellos jugadores que suben del Juvenil -subcampeón de España- o que aún no están preparados para dar el salto a Segunda B.

Según apuntó días atrás el diario Málaga Hoy, la dirección deportiva del club ya habría mantenido contactos con el Juventud de Torremolinos, recién ascendido a Tercera, para ser un club vinculado y así acoger a estos «jóvenes» que pueden hacer su año de transición antes de saltar a Segunda B. La última vez que el filial estuvo en Segunda B fue hace 10 años (2006/07).