Diez temporadas buscando el ascenso a Segunda División B y diez intentos fallidos. Ya sea como Málaga B o como Atlético Malagueño, el filial ha tenido en la última década un camino tortuoso en su lucha por ascender. Y aunque nunca haya sido su cometido principal, siempre ha sido una piedra en el camino que no se ha conseguido sortear. La derrota con el Unión Adarve del pasado sábado es una cicatriz más en la cantera malaguista, que necesitaba y añoraba subir un peldaño deportivo y que ahora se encuentra en toda una encrucijada.

Tras la decepción del sábado llega el análisis y los balances, pero también la planificación del próximo curso. La realidad es que sólo un gol ha impedido que el Malagueño sea hoy equipo de la categoría de bronce del fútbol español, pero también que se han perdido dos claras oportunidades de ascender pese a contar con uno de los presupuestos más altos de la categoría. Un play-off con más sombras que luces que hace revisar buena parte del proyecto.

Pero esta historia no es nueva. Tras caer a Tercera, en la 07/08 el filial blanquiazul peleó por no seguir descendiendo. Fue al siguiente año, con Rafa Gil en el banquillo, cuando acabó cuarto y se coló en la fase de ascenso. El Tenerife B truncó el sueño de ascender cuando ya se acariciaba.

Dos años después, el Olimpic de Xátiva eliminó en la primera ronda a los malaguistas. El Universidad de Oviedo fue el verdugo otros dos años después. La temporada siguiente, con Salva Ballesta en el banquillo, el San Roque de Lepe en segunda ronda acabó con el sueño. El segundo año de Ballesta acabó con derrota ante el Osasuna B.

El curso pasado, con Manel Ruano, el Castellón frenó al Malagueño. Y este curso, el Unión Adarve se une a la historia de decepciones en busca del ascenso.

Precisamente Manel Ruano es uno de los que está en el punto de mira. El técnico del filial deberá sentarse con el club para revisar su continuidad. El no ascenso a Segunda B ha trastocado los planes de un grupo que ahora tendrá muchos cambios.

Y es que hay jugadores que cumplen ciclo y que Tercera se les ha quedado sumamente pequeña. Aarón acaba contrato, pero Kuki, Mula, Wojcik o Harper, además de Ontiveros y Luis Muñoz, que estarán a las órdenes de Míchel, necesitan seguir creciendo y posiblemente lo hagan lejos de Málaga, tal y como lo hizo Deco esta temporada pasada con una cesión.

Un ciclo que coincide con la hornada de talentosos jugadores que llegan del División de Honor juvenil y que piden sitio en el filial.

El club debe tomar una decisión sobre el futuro de estos jóvenes jugadores, aunque puede que sea después de examinarlos Míchel en pretemporada.