Poco fútbol y mucho derroche físico. Ése es el resumen de la primera puesta en escena malaguista de este verano, la vivida ayer en Coín ante el histórico conjunto ingles del Sheffield United. Lo cierto es que no dejó buenas sensaciones el conjunto de Míchel en su estreno de pretemporada. Y eso que el periodo estival había levantado cierta expectación. Pero el verano está para esto, para realizar pruebas, para sudar y también, por qué no, para perder.

Puede haber varios argumentos a los que el Málaga CF puede agarrarse para justificar su derrota ante el Sheffield United, que a buen seguro tampoco dejará secuelas anímicas en el plantel. Quizás el duro trabajo físico de los últimos días, las numerosas caras nuevas o los casi dos meses sin competir han pesado demasiado en este inicio de verano. Y aunque lo perfecto habría sido ganar, romper las redes rivales y mostrar una magnífica imagen, desde luego también habría sido irreal por las fechas en las que nos encontramos.

Aún así, el resultado, la derrota por 0-1 contra el Sheffield United de la Championship inglesa, deja de manifiesto que Míchel tiene mucho trabajo por delante, pero afortunadamente sin nada que lamentar.

Ni que decir tiene que es pronto para elevar un juicio definitivo tanto para lo bueno como para lo malo, pero la realidad es que el Málaga no gustó en su primera puesta en escena. Míchel sacó a dos equipos, cada uno en una parte, y aunque en la primera hubo más llegadas, en la segunda se mostró levemente más sólido.

En cualquier caso, el conjunto blanquiazul, que estrenó su nueva camiseta, no pudo responder con goles al tanto de Fleck en el minuto 25. Un gol que quizás dejó a la vista algunas de las lagunas que aún tiene este equipo por la facilidad con la que el mediocentro rival llegó al borde del área y superó con calidad a Roberto. Y también por los desajustes defensivos y la falta de ideas, en ciertos momentos, para crear fútbol ofensivo, más allá de los centros laterales.

Míchel salió de inicio con dos caras nuevas, como Roberto y Borja Bastón, y dos canteranos, como eran Álex Robles y Deco. De salida, el Málaga tuvo buenas ocasiones como una volea de Fornals, un disparo de Chory o un cabezazo de Pablo. Pero fue Fleck el que consiguió romper el cero a cero (25'). E incluso Sharp falló poco después otra ocasión clara para poner el 0-2.

Fue una buena noticia volver a ver a Juanpi y Rosales jugar tras sus lesiones. Poco que reseñar del delantero Borja Bastón, que no gozó de buenas ocasiones. Aunque sí lamentar que Pablo estuvo demasiado lejos del área rival, donde se ha mostrado más determinante en los últimos años.

Tras el gol, el Málaga quiso pero no pudo. Pero tampoco creó mucho más peligro. Al descanso se marchó con derrota y a la vuelta, con caras nuevas, tampoco hubo frescura ni claridad de ideas.

Míchel cambió todo el equipo, de arriba a abajo. Se le vio galones a Baysse, mando a Recio y buenas intenciones a Jony. Un par de faltas botadas por el malagueño llevó algo de peligro, pero fue Adrián, primero en el 85', el que falló la más clara del partido tras un pase de En-Nesyri. Y luego en el 91', en un córner, lo que habría evitado la derrota y maquillado la puesta en escena.

Derrota y mucho por corregir para el Málaga, pese a que sea el primer test del verano y por ahora sólo sea un banco de pruebas. Ha sido una semana y media de mucha carga física, indispensable para la temporada. La próxima cita, ya en tierras holandesas. Sin duda, el primer paso de un largo verano.