Si el fútbol es un estado de ánimo, como bien se encargan de repetir sus propios protagonistas, el subidón del pasado sábado en Martiricos para el Málaga CF y su afición no debe caer en saco roto. El conjunto blanquiazul estaba hundido en las tinieblas en el minuto 79 contra el Athletic, andaba sumido en la depresión más absoluta tras haberle salido mal todo lo posible y casi estaba dejado a su propia suerte con el 1-3 en el marcador y con inferioridad numérica sobre el césped. Pero la fe inquebrantable de su afición, el derroche de sus diez jugadores sobre el césped y la pizca de fortuna necesaria -hasta ahora esquiva­-, pueden haber cambiado el sino del Málaga CF en la Liga. Un punto de inflexión al que se agarra todo el malaguismo y con el que se espera crecer para partidos venideros, pese a que el próximo envite sea contra el Sevilla en el temido Sánchez Pizjuán.

¿Pero, hay motivos reales para ser optimistas? En algunos aspectos, sí. Sin duda las sensaciones con las que acabó el partido invitan a pensar que este equipo está lejos de estar muerto y que puede dar mucha guerra, aunque se encuentre aún en puestos de descenso y a cuatro puntos de salir de la zona roja de la clasificación.

La primera mitad ofrecida por el Málaga CF contra el Athletic también es un buen argumento al que agarrarse. El Málaga, pese a que encajó de salida un gol tempranero, no se vino abajo y consiguió remar y acorralar al equipo rojiblanco en una buena primera mitad, posiblemente la mejor hasta la fecha. Sólo la falta de acierto de Mula, Bastón y Adrián evitaron un resultado mejor al descanso.

También el acierto goleador parece quedar en el olvido. Hasta el sábado, el Málaga sólo había marcado un gol en cinco partidos. Sin embargo ante los rojiblancos se desató el acierto goleador. Rolan tiene el olfato desatado y Bastón parece que es cuestión de tiempo, que tarde o temprano acabará reencontrándose con el gol. Mula tiene llegada y Adrián, cuando supere el bache y se adapte, también puede aportar.

Esa losa se la quitó el Málaga CF de encima, al igual que la de puntuar. Los primeros goles y puntos de muchos.La defensa, el punto negro

Sin embargo, en el aspecto negativo también es sumamente llamativo que ni Míchel ni los propios jugadores han conseguido ponerle freno a la sangría de goles encajados. El Málaga CF acumula ya 14 goles en contra, lo que le convierte en el segundo que más ha recibido de la Liga, sólo superado por el Dépor (15) y empatado con el Eibar.

Fallos garrafales en la zaga están condenando al conjunto blanquiazul, que sin embargo tiene a Roberto como uno de sus jugadores más fiables.

Si el Málaga consigue mejorar en esa faceta tendrá mucho camino recorrido. Pero hasta el momento no ha sido capaz de dejar en ningún partido su portería a cero y la goleada recibida en Mestalla es una losa muy pesada.