La mente es la clave a la hora de afrontar momentos importantes. En mi caso, entrenamientos y partidos. Quizás al principio sí. Sin embargo, ya no soy una jugadora de ponerme nerviosa ante situaciones que implican actuar bajo presión o con cierto grado de responsabilidad.

Los extremos nunca son buenos, pero un cierto cosquilleo en el estómago, aquel que no destruya nuestra estabilidad emocional, nunca está de más, sino que lo enfoquemos a que nos aporte ese plus de motivación y ganas por saltar al campo. Muchas veces me preocupa más no dejarme nada a la hora de prepararme la mochila, que cualquier otra cosa. Repaso una y otra vez que no se me olvide nada. Se dice que para todo siempre hay una primera vez, espero que para esto no. No sabría cómo reaccionar si me encuentro que me falta alguna de mis herramientas de trabajo. Hay dos que son imprescindibles. El top deportivo que reservo especialmente para el día de partido y las botas. Si el partido es por la mañana, desde la tarde del día anterior me dedico 100% en poder llegar al encuentro en las mejores condiciones posibles. Una buena hidratación, una alimentación que aporte el combustible necesario para correr más que el rival y un descanso que permita cumplir con la exigencia física.

Una buena playlist en el móvil es lo que más me ayuda a dar quiebro a posibles estresores. Va por épocas, pero soy muy aficionada a la música salsa, bachata, merengue. Llego al vestuario y me gusta colocar las cosas para tenerlo todo organizado y bajo control. Visualizo e imagino cómo puede transcurrir todo y, como confío en mí, y sobre todo en mi equipo, en mi mente todo tiene un final feliz.

Compañeras para todos los gustos, desde las que van al baño dos y tres veces antes de empezar, hasta las que no dejan de bailar como si aquello no fuera con ellas. Pasando por las que aprovechan para cortarse las uñas, para leer, comer fruta, hablar con las compañeras o simplemente estar sentadas en su sitio y centrarse en lo que vendrá a continuación. Estar acostumbrada a mil batallas no es sinónimo de alivio, pero saber controlar las emociones es un aprendizaje a base de ir sumando experiencias. Salir al césped impone un respeto que me acompañará siempre, y el día que no sea así, empezaré a preocuparme.

*Adriana Martín es jugadora del Málaga CF femenino