Si hay una lección que está aprendiendo a fuego lento este Málaga CF desde que arrancó el curso -pretemporada inclusive- es la de tener que luchar contra las adversidades y la de sobreponerse a goles encajados una y otra vez. La sangría defensiva está haciendo estragos en la clasificación del equipo, pero también está minando la moral blanquiazul, que no se ha visto nunca por delante en el marcador y que lleva más tiempo intentando remontar que en igualdad goleadora.

El equipo de Míchel tiene que aprender a levantarse, a encajar los golpes y a contrarrestar un resultado adverso un partido sí y otro también. La afirmación de que todos los partidos arrancan cero a cero no parece que vaya con el Málaga ya que siempre ha recibido primero. Todos hasta el pasado sábado, donde los blanquiazules se rebelaron e invitaron al optimismo malaguista de cara al futuro. Un paso al frente que puede indicar que la lección comienza a estar más que asimilada y que llega el momento de pasar al siguiente capítulo.

Ante el Athletic Club, el Málaga tiró de casta y corazón para igualar por dos veces la balanza tras ir por detrás. Primero lo hizo Rolan antes del descanso, y los diez minutos finales de partido ya son de sobra conocidos por todos. Una casi remontada que puede servir como ejemplo de superación para el conjunto blanquiazul.

Porque este Málaga CF, que vio su alumbramiento el pasado mes de julio en pretemporada, no conoce la felicidad sobre el césped. Desde que ha arrancado la Liga, el Málaga nunca ha ido por delante en el marcador, lo que supone un muro anímico muy complejo de superar para cualquier deportista. Hay que echar la vista atrás, en la pretemporada, para recordar cuándo el equipo malaguista ha estado por delante en el marcador, aunque sólo 34 minutos de 720 posibles, para hacer un total de 1.260 minutos entre amistosos y partidos oficiales. Es decir, casi un suspiro en todo un mundo de fútbol. Esos momentos casi puntuales se reparten en 15 minutos contra el Hertha de Berlín tras el gol de Bastón; 18 minutos tras el tanto de Mula al Borussia de Mönchengladbach y 1 minuto tras el gol de Adrián al Villarreal. Sólo ante los amarillos consiguió defender su ventaja.

Y es que también es casi una incógnita saber cómo reaccionará el conjunto blanquiazul cuando se ponga por delante en el marcador. Conocer si será capaz de defender su ventaja y si aprovechará ese factor para incluso ampliarla está aún por ver.

Por detrás en el marcador

Hasta ahora, en Liga acumula 281 minutos por debajo en el marcador. Demasiado para sentirse competitivo. Es más de la mitad de lo jugado hasta el momento (540 minutos), lo que puede minar la moral de cualquiera. En pretemporada estuvo 272 de 720 minutos.

Sin embargo, el resultado del pasado sábado ha cambiado el ánimo de la tropa blanquiazul. El empate con sabor a victoria ha dejado un poso muy positivo en los malaguistas, que se ven capacitados para revertir situaciones adversas y pelear por la victoria. Un hecho que la plantilla blanquiazul quiere hacer bueno este sábado en el Sánchez Pizjuán. Un campo complicado donde el Málaga, sin embargo, ya ha sido capaz de dar alguna sorpresa.

Míchel ha tenido que hacer terapia con sus jugadores en este aspecto para recuperarlos anímicamente y para intentar que no caigan en desánimo. Y es que recibir goles jornada tras jornada como si fuera un saco de boxeo acaba derribando incluso al más fuerte.