La paciencia no es infinita y en el caso del jeque Al-Thani, aunque está demostrando temple y frialdad a la hora de tomar decisiones, también se agota. Y es que, en el club de Martiricos ya se maneja que Míchel vivirá ante el Leganés un ultimátum para seguir al frente del banquillo blanquiazul. El madrileño, si el Málaga no vence al conjunto pepinero, tendrá muy complicado seguir en el cargo tras un inicio tan desalentador como el que ha completado en esta temporada.

Un punto de 21 posibles es el bagaje del Málaga de Míchel en las siete jornadas disputadas. Números muy deficientes que señalan como culpables en varias direcciones. Planificación deportiva, mal rendimiento de jugadores e incapacidad, al menos de momento, del entrenador madrileño.

Es cierto que visto lo visto en las siete jornadas disputadas, el Málaga quizás podría llevar algún punto más en el marcador. Pero la realidad es que de momento Míchel no ha sabido, o no ha podido, sacar todo el rendimiento a su plantel.

La paciencia no es eterna ni para el jeque Al-Thani, que ha demostrado durante sus siete años de mandato en el Málaga que no es de gatillo fácil a la hora de cesar entrenadores. Solo ha fulminado a dos desde que se hizo con la propiedad del club en 2010, Jesualdo Ferreira y el Gato Romero.

Una nueva derrota o incluso no ganar a un rival directo como es el Leganés en la lucha por la permanencia, sería nefasto para Míchel. El madrileño lo sabe y lo asume. Es hombre de fútbol y ya ha estado en esta situación en otras ocasiones durante su carrera como entrenador.

En todo caso, la plantilla sigue respaldando al entrenador y no es partidaria de un cambio en el banquillo. El vestuario cree en Míchel aunque la próxima jornada vivirá otro match ball. Ya salvó uno ante el Athletic.