Posiblemente uno de los fichajes que más consenso encontró el pasado verano en el malaguismo fue la llegada de Borja Bastón para sustituir la marcha de Sandro Ramírez al fútbol británico. Aunque son dos perfiles de delanteros muy diferentes, el Málaga hacía una apuesta importante por un jugador que estaba fuera de su alcance económico, pero que podría reportar mucho beneficio si mantenía los dígitos goleadores que tenía antes de recalar en el Swansea previo pago de 18 millones de euros al Atlético de Madrid.

Sin embargo, el delantero madrileño, llamado a ser la auténtica referencia ofensiva en este Málaga, no ha encontrado su sitio, como casi todo el Málaga CF. El pasado domingo ni siquiera llegó a jugar -cierto es que el partido no tomó el rumbo para explotar sus mejores condiciones- pero poco a poco ha ido perdiendo protagonismo en favor de Adalberto Peñaranda, que a día de hoy parece el atacante titular.

Bastón, goleador por naturaleza, aún no sabe lo que es marcar en Liga con el Málaga -sí lo hizo en pretemporada, un tanto-. Y lleva más de un año sin ver puerta en partido oficial -su último gol fue el pasado 15 de octubre de 2016, ante el Arsenal-. El delantero ha disputado seis partidos en lo que va de Liga, pero se perdió dos por lesión. Ahí Peñaranda tomó protagonismo y el adelantamiento por el momento se mantiene.

Uno de los objetivos de Míchel es el de ir recuperando también poco a poco a sus jugadores, y Bastón es uno de los primeros de la lista. A Borja no se le ha olvidado marcar, pero tampoco el juego del Málaga CF le ha acompañado hasta ahora. Con cierta ansiedad, con más kilómetros en sus piernas de los necesarios para un delantero y con menos acierto del esperado, Borja debe aparecer. El Málaga necesita recuperar a su «killer» y el madrileño, volver a sonreír. Villarreal, próxima oportunidad.