El Málaga CF, concretamente su dirección deportiva, comienza a asomarse al mercado invernal con cierto recelo. La necesidad llama a la puerta del vestuario blanquiazul y todos los actores en el club están convencidos de que acudir a la ventana de fichajes puede ser un buen parche para tapar los agujeros del barco en mitad del camino, aunque no es la solución definitiva a los problemas. Lo sabe Mario Husillos, también Míchel, e incluso los jugadores, que son conscientes de que necesitan «ayuda» para competir al máximo nivel tras el desbarajuste del pasado verano.

Sin embargo, el Málaga CF no tendrá tan fácil salir al mercado a fichar si la situación no mejora en los próximos encuentros ligueros. De ahí la importancia de comenzar a sumar puntos en la clasificación y no descolgarse antes de que llegue enero.

Aunque si bien es cierto que el baile de nombres ya ha comenzado, con los atacantes Sandro y Rubén Castro como los primeros espadas para recalar en Martiricos, la realidad es que el Málaga está encontrando algunas dificultades en sus primeras aproximaciones para fichar en invierno. La problemática es que son pocos los jugadores que están dispuestos a recalar en un equipo que atraviese una grave crisis deportiva, donde pueden llevarse más penas que alegrías e incluso un borrón en su currículum si la situación no se endereza o tiene visos de hacerlo.

La intención de los dirigentes blanquiazules y que ya ha expuesto Míchel en varias ocasiones de manera pública es la de llegar con vida al mercado invernal e incluso, si se puede, estar fuera de los puestos de descenso.

El Málaga CF ya ha tocado varias puertas -sobre todo de los jugadores que gustan- para intentar reforzarse cuanto antes, ya que el mes de enero se antoja decisivo para los intereses blanquiazules. Sin embargo, nadie quiere comprometerse de momento al cien por cien a expensas de cómo pueda llegar el Málaga al ecuador del torneo por las razones anteriormente planteadas. Martiricos sigue siendo una plaza apetecible, con un magnífico escaparate y con gran calidad de vida, pero el hándicap de la clasificación es evidente.

De manera paralela, el Málaga también recibe ofrecimientos, de jugadores por los que podría mostrar menos interés o incluso de categorías inferiores, como Segunda. Jugadores también más asequibles económicamente, pero que quizás no termine de elevar el nivel de la plantilla. Todo ello contando con que el Málaga, a día de hoy y sin liberar masa salarial, tiene menos de dos millones de euros para salir al mercado en busca de refuerzos.

Sandro y Rubén Castro

Y los primeros nombres no han tardado en salir vinculados al Málaga CF. Aunque el conjunto blanquiazul está más pendiente de reforzar su centro del campo y su zaga, son dos delanteros los que aparecen en el escaparate malaguista.

El Desmarque Málaga apuntó el pasado domingo que el exmalaguista Sandro contemplaría regresar al conjunto blanquiazul, ya que no está teniendo minutos ni protagonismo en el Everton. Así se lo ha hecho saber a varios componentes del equipo malaguista. El problema sería su elevada ficha, algo a lo que el Málaga no puede acceder.

Otro nombre es el de Rubén Castro. El delantero bético, a sus 36 años, ha regresado del fútbol chino, pero podría no tener hueco en el ataque del Real Betis a partir de enero. Según apuntó Gol Tv, el Málaga CF se ha interesado por su situación contractual. Sin duda, un goleador con una dilatada experiencia en la categoría que podría aportar veteranía y liderazgo.