El Málaga CF ya está fuera de la Copa del Rey. A pensar en otra cosa. Un año más, el equipo blanquiazul pasó por el torneo copero con pena y sin gloria, demostrando que no es un equipo con tradición copera y que vive más pendiente de sacar la cabeza del pozo en Liga que de otra cosa. Ayer el «Segunda» de turno al que le tocó celebrar su clasificación en La Rosaleda fue el Numancia, al que le sirvió tres jugadas a balón parado en toda la eliminatoria para doblegar al cuadro de Míchel, que ayer no fue capaz de pasar del empate en su campo y no pudo darle la vuelta al 2-1 en contra de la ida.

Y eso que el Málaga hizo méritos en la primera mitad para incluso sentenciar la eliminatoria. Jugó bien, creó ocasiones y arrinconó al rival en su área, pero solo se llevó el botín del go de Adrián. Al poco de comenzar la segunda parte, Elgezábal puso las tablas tras la salida de un córner con un cabezazo y el Málaga ya fue incapaz ni tan siquiera de forzar la prórroga.

Los menos habituales, pese a que en la primera parte sí mostraron amor propio y ganas de agradar, en el global de la eliminatoria quedan retratados en general. La Copa ya es historia, pero el rendimiento de alguno en esta efímera participación copera dejará cadáveres por el camino.

Porque poco es lo positivo que se puede rascar de quedar eliminados ante un equipo de, en teoría, inferior categoría. Algunos en el club que piensan que en la situación del equipo la Copa suponía una distracción, ahora respiran, pero el aficionado de a pie ayer volvió a marcharse a la cama cabreado y sin cenar.

El Numancia no viajó a La Rosaleda a especular. Sabía, porque lo pudo comprobar en la ida, que el Málaga es un equipo muy frágil y al que si le toses, se cae de maduro. Dos ocasiones en los primeros minutos de Guillermo para los sorianos pusieron a las claras que no venían a verlas venir e iban a defender con uñas y dientes su ventaja. Arrasate ya lo dijo en la previa, que si querían pasar la eliminatoria era imprescindible marcar en Málaga. Y así lo hicieron.

La primera gran ocasión para el Málaga llegó en el minuto 18, con una internada en el área de Álex Robles, que puso un buen centro al que no llegó por poco Borja Bastón. A renglón seguido, una vez más el canterano centró de vicio para que Adrián, con sutileza, abriera el marcador.

El 1-0 le servía al Málaga CF para meterse en el sorteo de octavos de final, pero los blanquiazules olieron sangre y tocaron zafarrancho. El Numancia, en los siguientes minutos al gol de Adrián, lo pasó francamente mal. Ontiveros, Borja Bastón y el propio Adrián tuvieron en sus botas ampliar el tanteo, pero sus ocasiones se fueron al limbo.

Siguió el asedio malaguista, con una banda derecha muy fina ayer. Ontiveros sobre todo y en pildoritas Cifu, que puso varios centros notables, llegaban como puñales por su flanco. Juanpi tomó el timón del Málaga con criterio entre líneas y el Numancia no la olió. A la fiesta se sumó Jony por su ala, que se mostró más eléctrico y fino que de costumbre, completando autopases y algún centro peligroso.

Por que el Málaga abrió bien el campo, jugó con criterio durante la primera mitad y mostró sobre el césped la diferencia que existe entre un equipo de Primera con otro de Segunda.

Pero pese a las tropecientas ocasiones de las que disfrutó el Málaga antes del descanso, el partido se fue a vestuarios con la mínima renta en el marcador. Un resultado favorable pero muy peligroso.

Y todo cambió a mal tras la reanudación. El Málaga no salió tan vivo de la caseta y el Numancia lo aprovechó en una jugada aislada. El conjunto soriano, al igual que en la ida, desnudó a los de Míchel a balón parado y en un córner el central Elgezábal superó a Prieto de certero cabezazo.

Como suele ser habitual cuando te pinchan, al Málaga le escoció el picotazo numantino y trató de enmendar la plana. Con 1-1 en el marcador el equipo de Míchel necesitaba dos goles para pasar la eliminatoria o uno para forzar la prórroga. Pero este Málaga está para pocas gestas y la de anoche no entraba en el guión.

Y es que, el Málaga trató con más corazón que argumentos futbolísticos seguir en la Copa, pero por ayer podría haber estado jugando hasta la medianoche que no volvería a marcar.

Míchel puso toda la carne en el asador con los cambios. No especuló y se fue a por el partido. Juanpi y Borja Bastón tuvieron una clarísima doble ocasión que estrellaron en el cuerpo del meta Munir. Otra vez Borja pudo marcar en un claro cabezazo (87' ) y el Numancia supo matar el partido.

Otro fiasco copero para el Málaga, imperdonable ante los ojos de la afición pero que en plena cuesta de enero, con la permanencia en juego y ante rivales directos, el conjunto blanquiazul agradecerá.