De mal en peor. Tercera derrota consecutiva de un Málaga que va de cabeza a segunda. Al Espanyol le bastaron cinco minutos para ponerse por delante en el marcador y a partir de ahí se dedicó a aguantar las acometidas de un Málaga plano en ataque e incapaz de inquietar a Pau López.

El ambiente frío que reinaba en las gradas de Martiricos pasó a ser congelado cuando a los cinco minutos del inicio del choque Sergi Darder hacía el 0-1 en la primera acción peligrosa del partido. Sergio García cedió de cabeza y el exablanquiazul tuvo tiempo para controlar y rematar en la frontal del área. Fallo imperdonable.

Se ponía el choque cuesta arriba desde el inicio. A partir de ahí, el conjunto e rico se dedicó a estar bien situado y esperar al Málaga, que fue incapaz de doblegar el sistema defensivo de Quique Sánchez Flores en los primeros 45 minutos. Chory tuvo la mejor ocasión local a los pocos minutos del tanto espanyolista, pero con todo a placer estrelló su disparo en un defensa. Poco más generó el Málaga antes del intermedio.

Y más de lo mismo en la segunda mitad. Por mucho empeño que puso el Málaga, la calidad es la que hay y los ataques blanquiazules morían una y otra vez en las cercanías del área sin que el Espanyol apenas sufriera. La táctica no era otra que buscar a los laterales para poner centros desde la banda y a ver si sonaba la flauta, pero así es imposible.

Los últimos compases del encuentro se convirtieron, ante la falta de fútbol, en cánticos continuos ante jugadores, entrenador y propiedad. Muy triste todo.

Nueva oportunidad que pierde el Málaga para acercarse al 17º puesto. Tras esta derrota, los de Míchel, cuya continuidad es insostenible, cierran la 18ª jornada liguera a cinco puntos de la salvación, con tan solo 11 puntos sumados de 54 posibles. A día de hoy, la permanencia parece imposible. Urgen cambios.