Miguel González del Campo "Míchel" ya es historia del Málaga CF. Tras 313 días como entrenador blanquiazul, después de ser anunciado oficialmente el pasado 7 de marzo de 2017 y ser destituido este sábado, 13 de enero de 2018, un tiempo en el que su estancia en el banquillo blanquiazul ha sido un verdadero tobogán. Míchel cogió a un equipo en crisis tras la marcha de Juande Ramos y un periodo de transición con el "Gato" Romero, y salvó la categoría con holgura, dejando al Málaga en el puesto undécimo, con 46 puntos.

Sin embargo, esta temperada 2017/18 ha sido un auténtico fiasco. El Málaga está hundido en la clasificación, con 11 patéticos puntos en 19 jornadas. Una situación insostenible que ha acabado con su destitución este sábado, tras la última derrota en Getafe (1-0). En sus 313 días como jefe del banquillo blanquiazul, Míchel ha dirigido 33 partidos, con un balance de 9 triunfos, 5 empates y 19 derrotas. Números que han hecho insostenible su futuro como entrenador del Málaga.

Nada hacía presagiar este desenlace tras una llegada triunfal al banquillo de Martiricos. Se hizo cargo, a sus 53 años, de un Málaga CF en caída libre, tras una época muy "rara" con Juande Ramos y después de que Marcelo Romero tuviera muy mala fortuna con un Málaga que hizo mejor fútbol del que reflejaban sus resultados. Míchel aterrizó como el salvador del equipo. Un técnico de prestigio, con una brillantísima carrera como futbolista en el Real Madrid.

Míchel dirigió 12 encuentros en el pasado curso, con seis triunfos, dos empates y cuatro derrotas. Un balance que hizo que el Málaga salvara, de largo, la categoría. Para la memoria del Málaga CF forman parte ya el triunfo en Gijón ante el Sporting (0-1) un 5 de abril que impulsó al equipo. Luego el Málaga, de la mano del goleador Sandro, derrotó al FC Barcelona en La Rosaleda. El Málaga se fue a los 46 puntos. Su continuidad, tras firmar por una temporada y media, fue bendecida por todos.

Sin embargo, en verano, todo lo construido cayó en saco roto. Justo el mismo día que comenzó la pretemporada, el Wolfsburgo alemán vino a por Ignacio Camacho. Pagó 15 millones de euros por él, casi su cláusula de rescisión. Fue un palo porque Míchel contaba con la salida de Sandro, que abonó los seis millones de su cláusula para marcharse al Everton inglés, una vez que se frustraron otras operaciones, como Atlético de Madrid o Sevilla, pero confiaba en retener al resto del plantel. Aunque, la salida más dolorosa para él, por lo inesperado, fue la de Pablo Fornals por 12 millones al Villarreal, en pleno stage de pretemporada.

El Málaga recaudó la friolera de 34 millones de euros en todas esas operaciones. Muchísimo dinero... Pero Francesc Arnau no hizo buenos fichajes y, para colmo, Abdullah Bin Nasser Al-Thani intervino directamente en el capítulo de fichajes, contratando a dos jóvenes argentinos (Rolón y Al-ThaniCecchinisin experiencia para ocupar las plazas de dos jugadores consolidados. Míchel montó en cólera porque incluso él ya había apalabrado, personalmente, la llegada de Javi García. El «no» fichaje del centrocampista del Zenit San Petersburgo por una cantidad irrisoria fue la primera gran bronca, tanto pública como privada, de Míchel con Al-Thani. Con pelea incluida por Twitter, la relación se fue deteriorando.

El Málaga ya apuntó en pretemporada lo que se le venía encima, con un único triunfo en toda la pretemporada, en semifinales del Trofeo Carranza ante el Villarreal. Lo que vino después fue pura ruina. El Málaga pronto se abonó a puestos de descenso y ahí sigue, después de toda la pretemporada. Ni el jeque Al-Thani ni Mario Husillos, que explotó en los dos últimos partidos, lo que han provocado que el propietario, inoperante y haciendo delación de funciones, no haya tenido más remedio que tomar cartas en el asunto. Han sido 313 días marcados por la irregularidad, con una etapa muy positiva en su primer tramo y nefasta en esta nueva temporada. El Málaga necesitaba un cambio y ya ha llegado. Míchel ya es historiad el Málaga CF.