Excompañeros en los banquillos, técnicos rivales o exjugadores a sus órdenes destacan del nuevo primer inquilino del vestuario del Málaga CF, José González, su condición de «técnico metódico», de «trabajador incansable» y «bastante pesado para los futbolistas». Son famosas sus «largas sesiones de vídeo» para que sus pupilos no pierdan ni un detalle sobre las posibles debilidades del rival.

Para el técnico malagueño Antonio Montero «Nene», González -al que se enfrentó en los banquillos en Segunda B- es un entrenador que, a pesar de que en su etapa de futbolista jugase en la posición de delantero centro, «basa su estrategia en la defensa, en encajar la mínima cantidad de goles posible. No quiero decir que sea defensivo. Se trata de que cuando su equipo no tiene la pelota todos los futbolistas estén por detrás y sea más difícil sorprenderlos. Nada más perder el balón, la clave para él está en recuperar la posición defensiva».

En este sentido, es cierto que a determinados técnicos consultados por este periódico les ha sorprendido que el Málaga CF recurra a él para enderezar el rumbo. Se le achacan demasiados empates en su trayectoria, cuando a la escuadra malaguista le hace falta cosechar victorias, sumar de tres en tres.

El exmalaguista Santiago Carpintero coincidió en su etapa cordobesista con José González . Fue en la primera vuelta de la temporada 2008/2009, cuando el Córdoba CF militaba en Segunda División. «José González es un hombre muy metódico. Estudia mucho al rival. Prepara muy bien al jugador de cara al próximo partido. Es una persona muy trabajadora, que dedica mucho tiempo al entrenamiento, a estar bastante pendiente de los futbolistas», argumenta.

Recuerda que fue precisamente una de las personas fundamentales en su fichaje con el cuadro blanquiverde. «No aguantó toda la temporada, porque los resultados no nos acompañaron. Pero le he seguido durante estos años, con el Granada, donde hizo un trabajo extraordinario, y después sé que ha estado en China. Me consta su evolución como técnico en estas últimas campañas», alega.

«Nene» confiesa una de las supersticiones de González: permanecer en el banquillo, durante los encuentros, con un botellín de agua. «En alguna ocasión hemos bromeado con él, le hemos dicho que llevase una garrafa de agua». Otro detalle que no escapa a otros técnicos es la enorme calidad que demuestra el ahora entrenador malaguista como jugador de golf. «Podría haberse dedicado profesionalmente a este deporte. Igual que a Paco Jémez, a José González se le da muy bien. Ha tenido uno de los hándicaps más bajos entre los muchos jugadores de golf que procedemos del mundo del fútbol», añade.

Técnico con carácter

Carpintero, por su parte, expresa también el «fuerte carácter» de González dentro y fuera de los terrenos de juego. «Es un líder precisamente por el carácter que tiene. Siendo muy buena persona, es un profesional al que no le tiembla la mano». En relación a que en el Málaga CF volverá a tener a Alfonso Cortijo como segundo técnico, el exjugador malaguista remarca que los dos «hacen muy buena pareja». Aclara que Cortijo ejerce de mediador entre la plantilla y el entrenador: «Es el enlace, el que estás más en el día a día de los jugadores, de manera que José puede centrarse de esta manera en otros aspectos».

Estudiar siempre las acciones a balón parado, como fundamento de peso en la resolución de muchos partidos, o anteponer la profundidad a las posesiones largas, en especial si las mismas se ejecutan en la línea defensiva, al objeto de evitar errores en la zaga, también son premisas irrenunciables para el nuevo técnico malaguista, a juicio de sus colegas.

Algunos lo comparan con Antonio Tapia o con Joaquín Caparrós, en cuanto a que en sus libretas la defensa es el pilar para construir los equipos. Otros tienen un mayor criterio, a la hora de evaluar a González, sobre su etapa de jugador. Es el caso del técnico Fernando Rosas, que con el conjunto malaguista tuvo al entonces ariete cadista como rival: «Era un jugador brillantísimo. Nos creaba bastante peligro y siempre teníamos que estar muy pendiente de cómo se movía para evitar que nos complicase los encuentros».