Esta tarde, en el día de todos los andaluces, colisionan los dos sentimientos más extremos que puede producir el fútbol. Por un lado, si se gana, reengancharse a la Liga y hacerlo además ante el eterno rival; y por otro, si se pierde, meter hasta las rodillas en el descenso y encima a manos del menos deseado. Cualquier cosa puede pasar esta tarde en el derbi regional por antonomasia, Málaga CF-Sevilla FC (19.30 horas), donde ambos se juegan algo más que la honrilla.

Y es que, el Málaga CF llega al partido en estado crítico y solo vivo a costa de los malos resultados de los rivales por la permanencia, que le permiten seguir a siete puntos del objetivo pese a no haber hecho ningún mérito para salir del pozo. Por contra, el cuadro sevillista aterriza en Martiricos con el honor por los suelos e inmerso en un mar de críticas tras la escandalosa derrota sufrida el domingo ante un rival directo como el Atlético de Madrid, que le endosó una «manita» que aún escuece.

El duelo para el equipo que dirige José González puede calificarse de «match-ball». No ganar esta tarde al Sevilla supondría un nuevo y casi definitivo mazazo para un equipo que no está para regalar absolutamente nada. El Málaga comenzó esta maratón de tres partidos en una semana regalando la derrota en San Mamés tras calcar los errores defensivos de antaño y pecar de bisoñez a la hora de ejecutar un penalti que, cuanto menos, le habría servido para sumar un punto. Pero no fue así y afronta el segundo puerto de esta semana con la imperiosa necesidad de ganar para comenzar a despegar.

Finalmente, José González podrá contar con En-Nesyri, una vez que el Comité de Competición atendió las alegaciones del Málaga a la primera tarjeta amarilla que vio en San Mamés, por lo que su sanción queda sin efecto. Una buena noticia para el equipo malaguista, que además recupera a Ignasi Miquel tras cumplir su sanción.

Regreso con morbo de Sandro

Por su parte, el principal aliciente en el equipo rival es la presencia de Sandro Ramírez, exmalaguista, en la lista de Montella. El canario, tras una salida convulsa del Málaga el pasado verano rumbo al Everton, sonó este mercado invernal para reforzar al cuadro blanquiazul, pero el potencial económico y deportivo sevillista despertaron al malaguismo del sueño. El delantero regresa a Martiricos, donde la temporada pasada fue un héroe y donde hoy se le recibirá como a un villano.