Aunque los 23 años que tiene y su aspecto desenfadado puedan dar una imagen, lo cierto es que de sus palabras se desprende un gran vínculo familiar, un gran compromiso con lo que hace y una madurez de la que otros a su misma edad carecen. Samu Castillejo (Málaga, 1995) vive su tercera temporada en el Villarreal, con el que pelea por acabar en puestos europeos, pero no pierde de vista la delicada situación por la que atraviesa el club de su ciudad, al que se enfrentará el próximo domingo.

El primer rival de las últimas nueve jornadas es justamente el Málaga, su club de toda la vida. ¿Cómo lo está viviendo?

Un poco mal. Todo el mundo sabe lo malaguista que soy y no es una situación agradable para nadie ver al equipo de tu tierra, donde has crecido, en una situación complicada. Mientras haya puntos hay esperanza, pero creo que está difícil. Nosotros iremos a hacer nuestro partido e intentar ganar para poder estar en Europa .

Ustedes peleando por Europa y ellos por salvarse. Para usted, imagino que mejor que el partido haya llegado ahora y no en una última jornada con todo en juego, ¿no?

Sí, es una situación difícil y también ir a jugar allí en esa situación porque la gente está más sensible que en cualquier otro momento de la temporada, pero como profesional toca hacer nuestro trabajo, toca pelear por la camiseta que defiendo y vamos a intentar ganar.

¿Qué siente cuando va a Málaga a jugar ante su gente?

Mucho cariño y mucha admiración por parte de la gente, no solo cuando voy a jugar sino también cuando voy de visita a ver a la familia o a estar allí unos días. Es un cariño que nunca podré devolvérselo porque es especial.

En Málaga es un ídolo y en Villarreal, también. ¿Será emotivo el partido del domingo?

Por redes sociales me llegan mensajes de gente que te quiere, que siente admiración por ti... Cuando voy a La Rosaleda, donde tan buenos momentos he vivido y tan buenos recuerdos tengo aunque solo duré en el primer equipo una temporada, es especial.

Llegó a jugar en el Málaga pero, ¿cómo fueron sus inicios en el fútbol?

Yo empecé jugando a fútbol sala, no jugué al fútbol grande hasta los once o doce años cuando me metí en el equipo del barrio porque una vecina habló con mi madre y ahí empecé en el Mortadelo, que es como se llamaba el equipo. Tuve una pequeña etapa en Madrid jugando con el Atlético de Madrid, pero como era muy pequeño y el Málaga también estaba interesado me fui a Málaga porque era de allí.

Y su fichaje por el Villarreal, ¿cómo se le plantea?

Era una situación complicada para el Málaga a nivel económico y salieron otros jugadores como Juanmi, Darder... El club necesitaba vender a jugadores que habían destacado y se presentó esta oportunidad y creo que ni Samu (García) ni yo nos lo pensamos un momento. El club necesitaba dinero, esta era una gran oportunidad para seguir creciendo como futbolista, así que lo hablé con la familia porque no es fácil salir de casa y más cuando has vivido allí toda la vida, pero fue la decisión acertada.

¿Se vino solo o con su familia? Porque apenas tenía 20 años...

Me vine con mi familia, que vive aquí. Están conmigo mis padres porque mis hermanos tienen su trabajo y su vida en Málaga. Pero vienen mucho a verme y también los amigos o yo me escapo a Málaga en cuanto puedo.

Imagino que sentirse acompañado y arropado por su familia en el día a día le da una estabilidad que es clave para un buen rendimiento.

Al final, en caso de los chicos jóvenes que salen de casa con dinero, siendo futbolista, es muy fácil pensar en otra cosa que no es el fútbol y, gracias a Dios, yo tengo un entorno muy protector, que me cuida mucho y estoy bastante centrado en lo que tengo que estar.

Sí, porque hay casos en los que no sucede lo mismo...

Cuando eres joven y eres futbolista, lo tienes todo. Vas a cualquier sitio y tienes lo que quieres, y al final necesitas llegar a casa y que alguien te baje a la tierra y te diga esto por aquí, esto está bien, esto no está tan bien, y al final hay muchos jugadores que llegan... pero lo difícil no es llegar sino mantenerse. Creo que es lo más complicado.

¿Cómo ha cambiado en sus tres años aquí?

A nivel futbolístico he crecido mucho. Cada año doy un pasito más y es lo que me propongo: poder estar y seguir creciendo hasta final de mi carrera. Como persona también te ayuda el estar alejado de tu gente porque te hace madurar, te hace ver las cosas de otra manera. Y con los compañeros y la gente del club que te lo hacen todo más fácil, al final te ayuda a crecer como persona.

Habla de su evolución cada año, pero sigue faltándole regularidad. ¿Qué le sucede?

Es cierto que mi manera de jugar es diferente y así lo ve la gente, pero también que se pasa por estados de forma y anímicos a nivel de confianza durante la temporada. Pero esta vez, tras la última lesión, me recuperé muy bien, volví muy bien, con mucha confianza... Al final la regularidad es hacer una temporada de 30 partidos, pero hay que ir poco a poco porque todavía soy joven y la experiencia me ayudará a conseguirlo. Pero actualmente estoy en un nivel futbolístico alto, me encuentro con confianza y estoy muy tranquilo, y quiero terminar bien la temporada.

Ha tenido tres entrenadores distintos en tres años, ¿qué tal su relación con ellos?

Ha sido buena con todos porque soy un chico humilde, trabajador, que no se mete en follones ni tampoco lo quiero, y eso al final te ayuda a que el entrenador te vea con buenos ojos. Creo que la relación con los tres ha sido muy buena. Marcelino era un entrenador muy exigente que te mantenía al límite en cada entrenamiento y en cada partido y, al ser un chico joven, sufrí más, pero también me enseñó un montón de cosas y me hizo también madurar como futbolista y como persona.

Le insisto porque hay quien dice que no se lleva bien con Calleja y que habría pedido marcharse del club si continúa él.

La gente, fuera de nuestro entorno y el día a día, no sabe lo que pasa realmente. No sabe si te llevas bien con uno o con otro... Creo que en todas las declaraciones que he dado nunca he hablado mal de nadie ni lo voy a hacer. Con el míster no tengo ningún problema porque, además, nos une que él jugó en el Málaga y cuando él jugaba yo era recogepelotas. Todo lo que se hable y no salga de mi boca son rumores.