Pasen. Tomen asiento. Pónganse cómodos y olvídense por un momento de la triste realidad que rodea al Málaga CF. Dejen en casa la clasificación. También cualquier tipo de filia o de fobia que pueda torpedear su entusiasmo para afrontar un partido grande. Piensen sólo en fútbol, en ver al conjunto blanquiazul sobre el césped frente a uno de los mejores equipos del planeta. Vívanlo con pasión. Disfrútenlo, si es que se puede. Porque hoy, el conjunto blanquiazul afronta su último gran baile hasta sólo Dios sabe cuando. Hoy Martiricos se vestirá de gala por última vez hasta dentro de un buen periodo de tiempo. Ojalá que sea pronto, que la travesía dure lo menos posible. Y que el conjunto blanquiazul vuelva a convertir en una costumbre medirse a rivales de talla mundial, esos que acaparan los focos y que trascienden las fronteras nacionales, como el que hoy visita La Rosaleda.

El Málaga desahuciado, el virtualmente descendido y que está haciendo unos números para olvidar recibe hoy al bicampeón consecutivo de Europa y actual semifinalista de Champions. La diferencia, vista así, parece sideral. Y la realidad es que lo es. Pero cuando el balón comience a rodar todo puede suceder. Y darse el gustazo de ganar a todo un Real Madrid sólo lo ha vivido el actual Málaga CF en una ocasión.

Es difícil pensar en un escenario de ese calibre, en el que el equipo de José González también se desprende de sus prejuicios y sale a competir libre de presiones, sin ataduras mentales y sin complejos. Pero el fútbol suele ser caprichoso y juguetón. Y el conjunto blanco, con poco que hacer en la Liga, llega aún distraído tras su polémica clasificación europea y también con la mente en Munich, donde vivirá otra batalla épica.

Este Madrid no aspira a la Liga no porque sea peor equipo que el Barcelona o el Atlético de Madrid, sino porque no ha sabido bajar al fango a competir. No se ha remangado en la Liga y ha pasado sin pena ni gloria por algunos campos de España, donde se ha dejado puntos y la competición.

Ese escenario sí invita a pensar que el Málaga CF podría morir matando. Que podría rascar un partido digno con el que amortiguar en cierta medida el golpe del descenso.

Pero las bajas también azotan al cuadro blanquiazul. Para la cita de esta noche José González cuenta con cuatro novedades donde están Lestienne, Rolón, Ideye y el canterano Iván Rodríguez, que llevará el dorsal 35. Han llegado finalmente a la cita Miguel Torres, Ignasi Miquel, Rolan y Chory Castro, algunos de los jugadores que estaban tocados. Sin embargo, en la grada se quedan otros como Keko, Success o Borja Bastón.

Los lesionados Diego González, Juanpi, Peñaranda, Recio y el sancionado Luis Hernández, también fuera de la lista.

El Real Madrid, por su parte, viajará hoy a Málaga y Zidane ofrecerá la convocatoria antes de partir. En cualquier caso, se espera a Isco, aunque ayer dio un susto en la sesión matinal. Modric, que previsiblemente tendrá descanso en Málaga, al igual que Cristiano, se ejercitó con normalidad junto a Carvajal. El equipo blanco hará rotaciones para no acusar el cansancio de la Champions.