Las luces de la actual temporada comienzan a apagarse y los focos se giran ahora hacia el director deportivo del Málaga CF. Mario Husillos tiene la llave de la planificación que debe devolver al conjunto blanquiazul a Primera División más pronto que tarde y el argentino tiene que sentar ya las bases de un proyecto sólido. Un camino que debería estar ya parcialmente recorrido, pero del que de momento no ha trascendido movimiento alguno, lo que no quiere decir que no se hayan producido.

Tras su periplo de casi dos semanas en Argentina, donde el ejecutivo ha negociado con clubes que encuentren acomodo a Rolón y Cecchini para que salgan este verano en calidad de cedidos, ahora Husillos tiene que remangarse. El objetivo más inmediato que está sobre la mesa es nombrar a un entrenador. Según las fuentes consultadas, el cerco ya se ha estrechado hasta prácticamente tener decidido el técnico -algunas aseguran que ya hay candidato definitivo-. Sin embargo, en el club se guarda hermetismo al respecto por diversas cuestiones. Por un lado, se quiere respetar al actual técnico blanquiazul, que aunque ya sabe que no continuará, continúa al frente del equipo. Por otro, no se quiere interferir en el trabajo del futuro entrenador. Y es que previsiblemente el elegido esté inmerso en la batalla por ascender.

Por lo tanto, el nombre del entrenador malaguista para arrancar la temporada en Segunda no se conocerá en los próximos días y se aguardará hasta una vez terminada la temporada en Primera.

De hecho, está previsto que Mario Husillos ofrezca una rueda de prensa pocos días después de cerrar el curso en Primera para explicar las bases de lo que tiene que ser el proyecto en Segunda. Y ahí es posible que se anuncie el nombre del futuro entrenador blanquiazul.

Hay muchas miras puestas en esa hipotética comparecencia pública ya que una de las demandas y de los lamentos del malaguismo es que nadie ha salido a explicar públicamente qué va a ser del club tras el descenso. Un sentimiento de orfandad que ha erosionado la confianza blanquiazul en los actuales dirigentes. En cualquier caso, el director deportivo sólo podrá abordar cuestiones deportivas, ya que el resto de respuestas están en poder de la propiedad, que sigue guardando mutismo al respecto y de hecho, ni se le espera.

No puede fallar

Lo que parece evidente es que Husillos está obligado a no fallar en el proyecto de Segunda tras un mercado, el invernal, donde su figura ha sufrido numerosas críticas. La elección del actual entrenador y el fichaje de jugadores fuera de forma, sobre todo en el esprint final de enero, son sus puntos negros en un temporada para olvidar.

Ahora los fichajes tienen que ser certeros. El ejecutivo y su grupo de trabajo llevan tiempo observando y siguiendo el mercado de Segunda. Nunca le han perdido la pista, pero ahora el foco se ha acentuado. Ya se han tocado jugadores, algunos incluso han dado el «sí quiero» para recalar en Martiricos. Pero al igual que con el entrenador, no han trascendido nombres de futuras incorporaciones.

Husillos, desde que aterrizó de Argentina, ha intensificado el trabajo y las reuniones con futuribles. Y este fin de semana continuará con su periplo por los campos de España, por lo que es previsible que tampoco esté el domingo en el palco de Martiricos.

Otro de los puntos que tiene el director deportivo que abordar es el de sentarse con sus jugadores, con los que tiene contrato en vigor. De sobra es sabido que no todos los jugadores que tienen contrato para la próxima campaña tendrán el mismo escenario en Segunda. Unos porque no entran en los planes deportivos, otros porque tienen unos emolumentos desorbitados para la categoría de plata, y otros porque no querrán continuar en el conjunto blanquiazul ya que tienen cartel en Primera o incluso por Europa.

La cuestión es que públicamente varios jugadores han mostrado su deseo de conocer de boca de Husillos cuál será su futuro, por lo que parece obligado a sentarse con varios componentes malaguistas para abordar su situación individual antes de que se marchen de vacaciones.

Complicados son los casos de Juanpi, Rosales o Luis Hernández. El primero tiene un ficha estratosférica y su rendimiento deportivo ha sido nulo en el último año. El lateral tiene cartel, pese a la penosa temporada jugada. Mientras que el central también tiene una ficha alta y podría salir este verano. Son sólo algunos ejemplos de la situación de la actual plantilla blanquiazul.