El Málaga sale goleado de La Rosaleda y lo peor de todo es que aún quedan dos jornadas para finalizar la Liga y que concluya este martirio al que está sometido el equipo y la afición blanquiazul desde que consumó su descenso matemático a Segunda División. Sin grandes alardes y sin tener que exprimirse al máximo, el Alavés se llevó el triunfo de Martiricos con un amplio 0-3 gracias a los tantos de Manu García y de Demirovic e Ibai, que completaron la goleada en la segunda mitad.

Y solo tardó tres minutos en adelantarse el conjunto dirigido por el Pitu Abelardo. Falta de tensión brutal de la defensa del Málaga, que falla en cadena en un centro atrás y el balón llega a Manu García, que bate a Andrés Prieto tras deshacerse con demasiada facilidad de la marca de Lestienne. Y como era de esperar, tras el gol comenzaron los cánticos contra los jugadores, centrados en esta ocasión en Rosales, pitado y abucheado.

En un partido sin tensión alguna, el Málaga mejoró con el paso de los minutos, pero ni aún así encontró el premio del gol pese al dominio en el tramo final de la primera mitad. Centros y centros al área que nunca encontraban rematados. La más clara fue para Ideye, que no acertó a rematar en boca de gol después de que se le escapara el balón de las manos a Pacheco. Y entre tanto fallo se llegó al descanso con el 0-1 en el tanteador.

Pero en la segunda parte ni eso. El Málaga dejó de crear peligro y empezó a pasar de un partido que acabó perdiendo holgadamente ante un conjunto que demostró más hambre pese a tampoco jugarse gran cosa. Primero, Demirovic batió en el mano a mano de vaselina a Prieto tras un gran pase de Ibai y luego fue el propio Ibai el que firmó el 0-3 con un gol de muy bella factura con un zurdazo a la escuadra de la portería.

El final del encuentro, con todo decidido y con los dos equipos deseando terminar, reconvirtió en un auténtico bodrio y con las gradas de La Rosaleda vaciándose por segundos. Qué pena? Nueva derrota, nuevo partido para olvidar y nueva pitada en su casa para los jugadores blanquiazules. Y todavía faltan dos partidos.