Como en el inicio del mes sagrado musulmán, el Málaga anunció ayer a través de sus redes sociales el final del Ramadán. Un punto y final en el que el club de Martiricos ha vivido a un ritmo más lento, con parsimonia y sin grandes avances en su planificación, que ahora debe sufrir un acelerón en todos los sentidos.

Durante semanas, la pelota ha estado en el tejado del presidente, Abdullah Al-Thani. El dirigente, que estaba en pleno mes religioso, disminuía su actividad relegándola casi al trabajo nocturno. Y durante el último mes, el Málaga CF sólo ha completado dos operaciones de calado como han sido oficializar la salida de Mario Husillos y también la llegada de José Luis Pérez Caminero como nuevo ejecutivo malaguista.

Ahora que el Ramadán ya ha tocado a su fin, es previsible que el presidente vuelva a inmiscuirse en el día a día del club a pleno rendimiento. Aunque eso sí, el dirigente continuará en Catar -ha dejado caer a sus más allegados que podría regresar una vez concluida la fiesta sagrada-. Y ahora es Caminero el que tiene que avanzar rápido en la elección del técnico y la planificación.