Varias plantas invasoras amenazan la subsistencia del cordón dunar marbellí, ya maltratado por el urbanismo practicado en esta costa. Ayer, la Oficina de Demarcación de Costas comenzó los trabajos de limpieza y preservación del complejo dunar de La Víbora, adelantó ayer la asociación Pro Dunas de la ciudad.

«Es la primera vez que vemos frutos de nuestro trabajo», celebró Susanne Stamm, la presidenta del colectivo que desde 2004 lucha por la conservación de estos ecosistemas naturales.

Las dunas se distribuyen interrumpidamente a lo largo de 15 kilómetros en Marbella. Sólo este complejo ocupa alrededor de un kilómetro. Las plantas conocidas como uña de gato y las mimosas falsas, junto con las cañas, invaden estos espacios arenosos.

La administración pública utiliza maquinarias para erradicar esta flora que, por el momento, tan sólo el colectivo Pro Dunas se encarga de arrancar con la ayuda de los escolares del municipio.

«En total, hay unas ocho actuaciones pendientes, desde Marbella hasta el monumento natural de las dunas de Artola, en Cabo Pino», destacó Stamm.

La actuación incluirá la construcción de barandillas de madera y pasarelas peatonales que permitan el paso de los bañistas sin dañar las dunas. «Además, de esta forma, también mejorarán los accesos a las playas», recordó.

Marbella acumula una extensión de 4.800 metros ocupados por dunas, de los que tan sólo 1.600 están protegidos bajo la declaración de monumento natural. Son los espacios situados en Cabo Pino y Las Adelfas.

Esto supone que apenas un tercio de los restos de cordón dunar marbellíes cuenten con los mecanismos necesarios para preservar su flora y fauna.