Marbella congrega a unas 880 urbanizaciones dispersas por su término municipal. Buena parte de ellas presenta deficiencias en su construcción por su propio origen: viviendas que comenzaron a crearse alejadas de los núcleos poblacionales para ofrecer más tranquilidad e intimidad. El Ayuntamiento ha reformado 37 en los últimos cinco años, 34 hasta el pasado diciembre y 3 en lo que va de año.

El Consistorio ofrece, desde entonces, un pacto a las comunidades de propietarios. Los técnicos municipales elaboran los proyectos de obra y la administración le libra de pagar licencias y, a cambio, los vecinos de los complejos residenciales pagan las obras.

Las 34 obras que se han hecho a través de este mecanismo hasta 2011 han requerido de una inversión de 4,7 millones de euros, explicó a este diario el director general de Urbanizaciones y del distrito Las Chapas, Ángel Mora.

Proyectos y licencias. Los residentes de estas urbanizaciones se han ahorrado, a cambio, del pago de proyectos tasados en 36.506 euros, según el Colegio de Arquitectos, y licencias por una cuantía total de 137.469 euros.

La mayoría de las deficiencias están relacionadas con el mal estado de calzadas y aceras, la nula o escasa iluminación o las redes de saneamiento que no sólo afectan a sus residentes sino al resto de los marbellíes y visitantes.