Las previsiones no son malas. Pero las tendencias no sólo se mantienen sino que todo apunta a que puedan recrudecerse. Este verano, Marbella tiene puesta sus expectativas en los extranjeros para ocupar sus hoteles y residencias. Más que nunca. El turista español se retrae. La crisis lo inmoviliza o, con suerte, tan sólo agiliza su descanso, cada vez más corto. Y empieza a notarse en las estadísticas.

La cifra de visitantes y de sus pernoctaciones en Marbella creció en 2011. El Instituto Nacional de Estadística registró un 5% más de viajeros, en total, un millón y medio. Asimismo, subió la estancia media por turista de 3,4 a 4 días, en función de estos mismos estudios. Son los cálculos generales. Pero, en un análisis pormenorizado, se aprecia que es la subida del mercado foráneo el que compensa la caída del nacional.

«Ya el año pasado bajamos en 80.000 españoles pero subimos en 150.000 extranjeros», indicó a este diario el concejal de Turismo, José Luis Hernández, quien augura un próximo verano similar.

La crisis económica y su percepción generalizada, las elevadas tasas de paro y los recortes gubernamentales que afectan directamente al bolsillo del viajero español hacen descender, de entrada, las previsiones turísticas para la temporada estival. Estos cálculos son, cada vez, más complicados de efectuar, reconocen las propias administraciones públicas.

En ciudades turísticas y eminentemente residenciales como Marbella, es difícil estimar a priori cuántos habitantes de más se registrarán en total en cualquier época del año. Es más sencillo hacerlo con posterioridad, a partir de los servicios públicos prestados, como puede ser la recogida de basura.

El grado de ocupación hotelera ofrece una idea. Hace exactamente un año, por estas fechas, los hoteles de cuatro y cinco estrellas de Marbella contaban ya con el 65% de sus habitaciones comprometidas para verano.

Este año, no es así. Apenas hay habitaciones reservadas, salvo en establecimientos muy conocidos y con una clientela muy fiel, indicaron los empresarios consultados. Los hoteleros opinan que es una cuestión de hábitos. El turista no planifica de la misma forma su descanso. Y, ante un clima variable, como el de esta Semana Santa, muy al contrario que el de la anterior, apuesta por esperar.

La segunda residencia es otro factor que comienza a tenerse en cuenta. Independientemente de la ocupación hotelera. Marbella cuenta con múltiples áreas, incluso urbanizaciones enteras, que pasan el invierno vacías y que se llenan nada más calentar el sol.

«Muchos se están dando cuenta de que ahora les compensa comprar una propiedad», indicó el presidente de la Federación Andaluza de Urbanizadores, Ricardo Arranz. «Las villas de lujo están en muchos casos al 50% de su coste», indicó. «Es el momento de comprar», dijo. Por supuesto, hay quien, pese al mal momento para muchos, puede hacerlo.