La Agencia Tributaria practicó ayer una inspección en la empresa concesionaria que gestiona Puerto Banús, en Marbella, aunque ni desde la empresa ni desde la propia agencia precisaron el motivo concreto de la visita, que comenzó a primera hora de la mañana y finalizó pasadas las 18.30 horas de la tarde. Fuentes consultadas por La Opinión aseguraron que la intervención de la agencia se debe a asuntos puramente administrativos, aunque la presencia policial llevó a pensar en una operación de mayor calado. La actividad del puerto no se vio afectada en ningún momento.

Por su parte, un portavoz de la mercantil explicó que la inspección, desarrollada en la sede que la empresa tiene localizada en la torre del recinto portuario, es una fase de la inspección que la administración tributaria inició sobre la empresa el pasado mes de marzo y que continuó hace tres meses con una nueva visita. Ayer, un nuevo grupo formado por cinco inspectores volvió a las instalaciones para solicitar todo tipo de información relativa a la empresa cuyas actividades aparecen en el registro mercantil como anexas al transporte marítimo y por vías navegables interiores.

Fuentes de la propia concesionaria precisaron que la inspección había sido autorizada por un juzgado de lo contencioso administrativo, circunstancia que supondría un posible litigio entre alguna administración pública y la empresa, aspecto este último que fue cuestionado por una fuente de la propia Agencia Tributaria.

Durante la inspección, los inspectores solicitaron al personal todo tipo de documentación y tuvieron acceso a todos los equipos informáticos de las oficinas. De hecho, la intervención de la Agencia Tributaria concluyó con la retirada de diverso material de oficina para un análisis más exhaustivo «ante la total colaboración» de los responsables de la empresa.

La presencia de la Policía Nacional de Marbella, que activó un dispositivo para custodiar la entrada y salida de personas de las oficinas de la empresa, fue definida por el propio cuerpo como testimonial, aunque otras fuentes explicaron que pretendían evitar cualquier posible incidente durante la intervención.

Sobre las 17.25 horas, tres de los seis agentes participantes en la operación retiraron del edificio sendos montones de documentación. Una hora más tarde, los cinco inspectores del fisco abandonaron las oficinas centrales de Puerto Banús sin querer hacer ninguna declaración. Lo mismo ocurrió con los responsables de la empresa.