Las aguas vuelven a su cauce en Marbella, al menos de momento. El pleno del Ayuntamiento de Marbella anuló ayer por unanimidad de todos los partidos políticos la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, aprobada apenas hace mes y medio con los únicos votos del Partido Popular, y que abría la puerta a la construcción de «edificaciones singulares en altura».

Lo que para unos era un eufemismo para evitar hablar de rascacielos y para otros era una forma de hablar de edificios que, por altura, no llegan a serlo, ha desatado una reacción social que demuestra que Marbella está viva.

Sin dejar la puerta abierta a un debate para evitar el escarnio, la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, hizo acto de contrición y afirmó que «un gobernante tiene la obligación, en aras de la defensa de los intereses de los ciudadanos, de plantear proyectos novedosos y de retirarlos en caso de que no haya consenso y de no quedarse en una situación inmovilista, acomodado en su mayoría».

Ángeles Muñoz reconoció que la construcción de edificios de gran altura no tiene actualmente dicho consenso social, por lo que los han descartado e insistió en que no hacía falta convocar un pleno para anular el acuerdo aprobado hace mes y medio, ya que había dado públicamente su palabra de que no seguiría adelante al constatar el rechazo social.

Sin embargo, la plataforma ciudadana «Rascacielos, no», formada por más de un millar de personas entre vecinos, profesionales y personalidades de la sociedad marbellí, reunió 2.000 firmas en contra y no está dispuesta a disolverse hasta tener la garantía jurídica de que no se van a construir. «Vamos a analizar las actas del pleno y nos mantendremos en contacto porque este movimiento social que ha surgido en contra de los rascacielos demuestra que Marbella está viva y que gracias a ello, Marbella hoy sigue siendo Marbella», afirmó ayer la presidenta de este colectivo, Carola Herrero.

Para José Bernal, portavoz del grupo municipal socialista, la movilización social ha sido clave para hacer rectificar al equipo de gobierno, a pesar de tener mayoría en el pleno. Bernal criticó a la alcaldesa por no haber zanjado antes la polémica y permitir que la imagen de la ciudad se haya visto salpicada otra vez por la polémica ante la oposición de personalidades del panorama nacional e internacional.

Los portavoces de IU, Enrique Monterroso, y Opción Sampedreña, Rafael Piña, ensalzaron la respuesta ciudadana y criticaron al PP por modificar el PGOU sin consenso previo.

Para Félix Romero, portavoz del equipo de gobierno, lo que pretendían era precisamente crear el marco jurídico legal para acotar el desarrollo de este tipo edificios, siempre que existiera un consenso social, como una fórmula más para reactivar la economía local.