Si bien el alcalde de Marbella, José Bernal se dispone a borrar del callejero los nombres y símbolos del franquismo, no se quedan atrás los recuerdos de la era GIL.

Así pues, en la puerta del Consistorio se colgará una placa «en metal y enfoscada en la pared» con los nombres de los 25 primeros concejales de la corporación municipal tras la restauración de la democracia y se quitarán los monumentos del municipio que lleven la etiqueta de «programa GIL».

La etapa de gobierno de Jesús Gil y sus sucesores en su partido ha escrito gran parte de la historia negra de la ciudad. Marbella sufrió un saqueo sin precedentes en sus arcas municipales y se registraron los mayores casos de corrupción jamás vividos en la Costa del Sol.

El Ayuntamiento marbellí aún se encuentra a la espera de recuperar parte del dinero esquilmado. Ahora, el nuevo gobierno quiere borrar la simbología de esa etapa oscura que aún permanece en la localidad.