­Cuatro policías locales serán juzgados por la Audiencia Provincial de Málaga acusados de homicidio por imprudencia y omisión del deber de socorro de un ciudadano belga que falleció en la calle tras ser reducido en la localidad de Marbella.

La vista oral está prevista que comience el 3 de noviembre en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Málaga, según informaron a Efe fuentes judiciales.

La familia del fallecido solicitó que los agentes sean condenados a una pena total de siete años de prisión por homicidio por imprudencia y omisión del deber, entre otros, según el escrito acusatorio al que tuvo acceso Efe.

Por su parte, el fiscal sólo acusa a uno de los agentes de un delito de homicidio por imprudencia grave y pide que sea condenado a dos años de prisión, según el escrito provisional.

Respecto a los otros tres agentes, el ministerio público pide que se acuerde el sobreseimiento provisional y archivo al entender que en la actuación que llevaron a cabo no excedieron los límites proporcionales en el empleo de la fuerza.

Además, la acusación pública explica que en la detención los agentes intervinientes tuvieron que emplear una fuerza más elevada debido a la gran corpulencia de la víctima y porque se encontraba en un estado de agitación física y mental debido a elevadas dosis de cocaína y alcohol.

Los agentes mantienen que el 6 de febrero del 2006 fueron avisados de que una persona iba con el torso desnudo y con un pantalón tipo pijama por la calle en un estado de agitación, pero la familia lo niega y afirma que había estado en la playa y que fue sorprendido por la policía instantes después de salir del agua, cuando estaba cerca de las escaleras del paseo marítimo.

De igual modo, la familia mantiene que la víctima se resistió debido a que no entendía por qué lo intentaban detener pero los policías señalan que opuso resistencia y debido a su actitud hostil tuvieron que emplear la fuerza con sus defensas en el torso y abdomen.

Los agentes fueron ayudados por dos ciudadanos y posteriormente otra dotación policial también intervino y uno de estos últimos, según el fiscal, se puso de rodillas sobre la parte superior de su espalda presionando fuertemente al detenido.

Este último agente también le agarró la cabeza hacia atrás y ello le dificultó y taponó presuntamente la entrada de aire en la boca y nariz «y, aunque esta actuación por si misma no fue la causa que desencadenó la muerte del detenido, sí que fue un aliciente para provocar la misma».