El juzgado de lo penal número 9 de Málaga absolvió ayer a un cirujano plástico que operaba con títulos falsos del delito de falsedad documental, aunque lo condenó a un año y siete meses de cárcel por intrusismo y lesiones. En concreto, la sentencia señala que Pierre Albrecht actuaba como cirujano plástico en la clínica Marbella Clinic Laser con los títulos de médico y de especialista falsificados. Delitos que habrían prescrito ya. Sin embargo, el juez le condenó a un año y tres meses de prisión por intrusismo y a cuatro meses y quince días por lesiones imprudentes, con el atenuante de dilaciones indebidas, ya que el proceso se inició en el año 2006. También dictó una indemnización de 36.200 euros para una paciente que sufrió «importantes deformidades» tras una operación de reducción de pecho en la que, sin consentimiento alguno, también se le practicó una liposucción lateral en el tórax. La sentencia también prevé un máximo de 67.000 euros más para abonarle otra operación, aunque «repugna la lógica» que deba volver al quirófano para «corregir» la «negligencia y dejación del acusado». Estas indemnizaciones deberán abonarlas, solidariamente, el falso cirujano y la compañía aseguradora del Colegio de Médicos de Málaga. El procesado no terminó sus estudios de medicina en Francia, pero presentó un título falso de la Universidad de París VI ante el Ministerio de Educación, que lo homologó en 1997. Luego, cursó un doctorado en la Universidad de Salamanca - que completó con la máxima puntuación, cum laude- y se dio de alta en el Colegio Médico de Málaga y empezó a ejercer la cirugía plástica, reconstructiva y estética en Marbella desde el 2002. En el 2006, el falso doctor operó a la denunciante, de 46 años entonces, para reducirle el pecho, con el resultado de "cicatrices y asimetría mamaria", lo que comportó 78 días de baja (30 totalmente impedida) y secuelas físicas y psicológicas. El abogado de esta paciente, Emilio Ortiz, manifestó su «satisfacción» por la resolución de «un caso que se ha alargado muchos años» y en el que solo ha continuado como acusación particular su patrocinada.

Sin embargo, lamentó que «desde el punto de vista humano, la reparación llega tarde y mal. Mi cliente cayó en una depresión, perdió a su pareja y ya no puede ni ir a la playa».