A lo largo de la historia, los directores de hotel han alcanzado su cargo empezando como botones y pasando por todos y cada uno de los puestos del establecimiento. Ahora hay un lugar donde se forma a los exclusivos directores de hoteles de lujo: Les Roches Marbella.

Carlos Díez de la Lastra, director general de Les Roches Marbella, explica que los directores carecían de formación académica y, por tradición, se formaban en el propio establecimiento empezando desde abajo, y el concepto realmente no ha cambiado.

La Escuela Internacional de Alta Dirección de Hotel de Les Roches Marbella utiliza la misma fórmula «acelerada» que ha marcado la tradición hotelera y forma en tres años y medio a directores de hoteles de lujo, obligando al futuro gerente a ocupar todos los puestos de responsabilidad del establecimiento. Sacará la basura, fregará platos, será maitre o recepcionista, porque debe conocer y saber qué hacen todos aquellos a los que va a dirigir.

El primer año los alumnos están obligados a vivir en el campus y a partir del segundo pueden hospedarse en algunos de los apartamentos que rodean la escuela. La elección de Marbella permite a los alumnos sumergirse en el mundo del lujo en el que trabajarán en un futuro hasta que las cadenas hoteleras internacionales se peleen por los graduados mejor calificados en esta cuna de exclusivos directivos de hotel.

El 80 por ciento del alumnado del campus es extranjero y hace unas semanas se celebró la trigésimo novena ceremonia de graduación con estudiantes de 65 nacionalidades.

El director aclara que las calificaciones no son el requisito fundamental para ingresar en Les Roches: «Las notas son valiosas, pero no lo más importante», resalta. Sí lo es, en cambio, tener un nivel suficiente de inglés, ya que las clases se imparten en este idioma, y superar una entrevista personal en la que se hace un balance entre la capacidad analítica del aspirante y su capacidad de liderazgo. Pero por encima de todo, lo que más se valora en la selección del alumnado es su relación con las personas y su multiculturalidad. «Si tenemos un estudiante que no tiene respeto por las distintas culturas o razas, ese estudiante no es aceptado en Les Roches, como tampoco aquel al que no le gustan las personas. No es adecuado. A los directores tienen que gustarles las personas y tienen que tener una mente abierta», recalca Díez de la Lastra». Otro elemento importante para poder graduarse en este exclusivo campus es disponer de entre 20.000 y 30.000 euros anuales.

Las diplomaturas constan de siete semestres, de los cuales los alumnos sólo abonan cinco, ya que los dos restantes consisten en prácticas gratuitas en hoteles prestigiosos distribuidos por todo el mundo.