­Los presupuestos de Marbella se aprobaron ayer entre bronca, malos modos, palabras subidas de tono, pancartas y amagos de aplausos. En un principio, se preveía un pleno rápido con un poco de tensión pero con todo acordado desde hace unos días. Pero el Partido Popular se encargó de encontrar puntos en los que poner su nombre en todo lo alto.

En los días previos, el tripartito formado por PSOE, OSP e IU salvaba las diferencias que les separaban de CSSP, cuyos votos son imprescindibles para sacar las cuentas adelante. La formación afín a Podemos había presentado en un primer momento siete alegaciones parciales y una enmienda a la totalidad, pero una larga negociación días atrás permitió que las aguas volvieran a su cauce.

Los presupuestos aprobados ayer de forma definitiva se elevan a 236 millones de euros y representan «unas cuentas rigurosas, serias, solidarias y reales», que apuestan por el empleo, las políticas sociales y la promoción turística de Marbella, según afirmó el alcalde, José Bernal.

En cuanto al capítulo de gastos, la mayor partida corresponde al personal del Ayuntamiento, apartado que se incrementa debido al compromiso para incorporar a 1.350 trabajadores de los organismos autónomos locales, la devolución de la parte restante de la paga extra suspendida en 2012 y la subida salarial presupuesta en un millón de euros.

El pleno se calentó en el momento de votar las alegaciones del PP, que todavía estaban sobre la mesa. Las presentadas por CSSP fueron retiradas desde el momento en que llegaron al acuerdo para sacar adelante los presupuestos.

En la junta de portavoces se acordó votar las alegaciones en tres grupos: Las del Partido popular; la alegación de una trabajadora municipal que pedía la corrección de la notificación de su puesto de trabajo y, por último, las presentadas por los diferentes colectivos.

Sólo salieron adelante la presentada por la trabajadora municipal y una que hacía referencia a un error técnico. «No podíamos aceptar las alegaciones que hacen referencia a modificaciones contables porque generarían un déficit en las cuentas», explicó el edil de Hacienda, Manuel Osorio.

A pesar del acuerdo de la junta de portavoces, la portavoz del PP, Ángeles Muñoz, intentó por todos los medios que se votaran o leyeran las alegaciones una a una, a lo que Bernal le respondió que los portavoces habían acordado lo contrario en una junta a la que la también senadora no acudió.

Ante esta decisión, el PP decidió no votar ninguno de los bloques alegando que no sabían lo que votaban y sólo votaron a favor de sus propias alegaciones después de que Bernal les animara a votarse a sí mismos.

Tanto Félix Romero como Manuel Cardeña, también ediles populares, increparon en todo momento a la mesa de presidencia, lo que causó crispación entre los vecinos asistentes.