El Juzgado de Instrucción número 4 de Marbella ha abierto una investigación después de que un vendedor ambulante de raza negra denunciara haber sufrido una brutal paliza a manos del responsable de un negocio de hostelería de Puerto Banús y tres de sus amigos durante el mediodía del 13 de marzo pasado.

Según confirmaron a La Opinión de Málaga fuentes cercanas al caso, el perjudicado vendía diferentes productos de mesa en mesa, en lo que es su actividad normal diaria, pero el responsable del establecimiento, ubicado en el puerto deportivo de lujo de Marbella, consideró que el denunciante perturbaba la tranquilidad de los clientes y discutió con él. Junto al hostelero, había tres amigos. La refriega verbal subió de tono y los cuatro investigados por un supuesto delito de lesiones azuzaron a un perro de raza peligrosa contra él, en concreto un dóberman. Las fuentes no precisaron si el can atacó finalmente al perjudicado.

Luego, no contentos con ello, los tres amigos del dueño hostelero y él mismo le dieron una severa paliza al vendedor ambulante, una tunda que fue vista por varios clientes que había en el establecimiento y otros viandantes que pasaban por la zona, según las fuentes.

Acto seguido, el inmigrante agredido acudió a denunciar los hechos ante la Policía Nacional, pero antes fue a un centro sanitario para ser atendido de las heridas que sufría. El parte médico es claro en relación a las lesiones infligidas por los cuatro presuntos atacantes: el vendedor sufrió un traumatismo craneofacial, la fractura del arco cigomático (que es la estructura ósea que une el malar pómulo con el cráneo) y la rotura también de la pared lateral de la órbita y el seno maxilar derechos. Tras recibir un primer tratamiento, el hombre denunció lo sucedido ante la Policía Nacional, y los agentes abrieron un atestado para determinar qué es lo que había ocurrido exactamente.

Gracias a la descripción física proporcionada por el agredido y a los testimonios de los testigos que presenciaron la paliza, los agentes pudieron determinar la identidad y llegar hasta los cuatro investigados por esta paliza, el responsable del negocio hostelero y tres de sus amigos o conocidos. El atestado fue remitido al juzgado, que finalmente ha abierto diligencias previas para esclarecer lo sucedido por un presunto delito de lesiones.

Está por ver si tras la paliza hubo una motivación racista, lo que supondría un agravante importante en la calificación final que del delito haga la Fiscalía Provincial de Málaga.

Málaga fue, en 2014, escenario de 20 delitos motivados por el odio a la diferencia, aunque la mayoría de ellos se produjeron sobre discapacitados, según los datos del Ministerio del Interior al respecto, volcados desde 2013 en un informe anual sobre esta realidad violenta. Sólo dos de los casos tuvieron como motivación básica el racismo o la xenofobia. La provincia fue, además, la cuarta del país en número de ilícitos de esta naturaleza tras Madrid (24), Valencia (18) y Alicante (13).