­Nuevo, duro revés para los dos sospechosos de la desaparición de Agnese Klavina, la joven letona de la que no hay rastro desde que se subiera a un coche con ellos la madrugada del 6 de septiembre de 2014 a la salida de una discoteca de Puerto Banús. Tras adelantar La Opinión de Málaga hace unos días que el juez que instruye el caso ha dictado un auto de procesamiento contra los británicos Westley Capper y Craig Porter por un presunto delito de detención ilegal agravada, el responsable del Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella les comunicó ayer que tenían un día de plazo para hacer frente a una fianza de responsabilidad civil de 300.000 euros cada uno, cantidad establecida como garantía ante un posible juicio. De lo contrario, fuentes judiciales aseguraron que el juez procederá al embargo de sus bienes si los hubiera y así cubrir esa cantidad o parte de la misma.

Las mismas fuentes añadieron que tanto Capper como Porter, que acudieron al juzgado para declarar como procesados, se acogieron a su derecho a no hacerlo, por lo que el procedimiento seguirá su curso a la espera de que los recursos presentados por las diferentes partes se resuelvan. Aunque los dos fueron inicialmente imputados por el juez por un presunto delito de homicidio y otro de detención ilegal -los investigadores dan por muerta a la joven y consideran que no se fue voluntariamente con ellos-, el hecho de que no haya cadáver ni confesión ha provocado que el instructor se decante por la detención ilegal agravada, un delito que se castiga con penas de entre 10 y 15 años cuando el autor no responde al paradero de la víctima y de entre 15 y 20 años cuando lo hiciera con intención de atentar contra la libertad o la indemnidad sexual de la víctima, o hubiera actuado posteriormente con esa finalidad, según el artículo 166 del Código Penal.

Los investigadores sospechan desde el principio que los dos británicos tuvieron algo o mucho que ver en la desaparición de la joven y que no han declarado todo lo que saben. Uno de los indicios más importantes es el video de una cámara de seguridad de la discoteca Aqwa Mist. Fuentes cercanas al caso insisten en que las imágenes muestran a los dos amigos introduciendo en el coche a Agnese, que aparenta haber bebido mucho, con la ayuda de un empleado del local que inicialmente también fue imputado. Aunque la escena no muestra violencia, en un último momento ella abre la puerta para salir del vehículo y ellos la cierran para impedírselo. Ellos lo negaron cuando fueron interrogados por la policía. Capper, dueño del Mercedes, aseguró que dejó a la chica minutos después en una carretera cercana, mientras que su amigo dijo no recordar nada porque se quedó dormido en el coche.

Días después, otra cámara del puerto de la Duquesa grabó a varios hombres tirando de una gran maleta que subieron a una lancha de la familia de Capper antes de zarpar mar adentro. La embarcación fue finalmente localizada en un puerto de Murcia por la Policía Nacional, cuyos agentes analizaron la trayectoria que quedó registrada en el GPS y los restos biológicos encontrados a bordo. Estos, como los hallados en el coche, no han aportado resultados relevantes a los investigadores, que al igual que la familia piensan que Agnese murió de forma violenta y que posteriormente su cuerpo fue arrojado al mar.